Una intoxicación alimentaria está provocada por la ingestión de toxinas contenidas en el alimento de forma natural o añadidas por contaminación, que puede deberse a microorganismos vivos o a productos químicos, como desinfectantes, pesticidas y metales pesados. Ésta se diferencia de una infección alimentaria, ya que la infección se debe a la ingestión propia del microorganismo, que se reproduce e invade el organismo que lo ha consumido.
En resumidas cuentas, una intoxicación se produce cuando un individuo o varios consumen alimentos contaminados con toxinas o residuos químicos, mientras que una infección se produce al consumir el microorganismo vivo, que se reproduce dentro del individuo.
En cualquier caso, ambas formas provocan una reacción en el cuerpo humano, caracterizada por la presencia de dolor de cabeza, vómitos, dolor abdominal, calambres y diarrea.
¿Cómo prevenir las intoxicaciones o infecciones alimentarias?
- Lavarnos bien las manos. Las manos son el principal vehículo de transmisión de microorganismos. Se deben lavar con agua potable y jabón líquido, y secarlas con aire caliente o toallas de papel. Siempre debemos lavarlas tras ir al cuarto de baño, tocarnos la nariz, boca, cabello o heridas, tras estornudar o toser, tocar la basura, animales, etc. y siempre antes de cocinar y tocar los alimentos.
- Mantener la higiene en uñas, evitar el contacto de los alimentos con anillos, pulseras o relojes, en los que puede haber restos de suciedad, y cubrir las heridas de las manos, antes de tocar los alimentos.
- Mantener limpias las mesas o superficies en las que se vayan a preparar los alimentos y los utensilios de cocina, como cuchillos, tablas de cortar,etc. que utilicemos para preparar la comida.
- Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados, limpiando bien los utensilios y superficies de contacto con alimentos, después de preparar los alimentos crudos, y antes de utilizarlos con alimentos cocinados. De este modo, se evita la contaminación cruzada; trasmisión de microorganismos de un alimento contaminado, generalmente crudo, con un alimento que no lo estaba y que ya está cocinado.
- Utilizar ropa limpia al cocinar y recogerse el pelo. Nuestro cuerpo e indumentaria debe estar libre de suciedad y microorganismos, que puedan contaminar la comida.
- No estornudar y toser sobre los alimentos. En nuestra saliva y mucosas existen microbios que pueden infectar el alimento. Al toser o estornudar, debemos separarnos del alimento y/o taparnos la boca o la nariz, y luego, no olvidar lavarnos las manos. Del mismo modo, se debe procurar no hablar, cantar o mascar chicle mientras se cocina.
- Se deben cambiar al menos una vez al día los paños de cocina, mantenerlos limpios y desinfectados. En ellos se acumulan gérmenes, que pueden transferirse a manos, utensilios de cocina y/o superficies en contacto con los alimentos.
- Limpiar y desinfectar diariamente la cocina, y sobre todo, las superficies y utensilios de mayor contacto o uso en la preparación del alimento. De esta forma, se evita la aparición de plagas de insectos y/o roedores que pueden infectar a los alimentos. También, es recomendable mantener limpio y ordenado el interior del frigorífico.
- Mantener la basura en bolsas de plástico dentro de recipientes tapados y limpios. A ser posible, la basura debe mantenerse fuera de la cocina, o bien, en un sector alejado de los alimentos. Es recomendable, además, limpiar y desinfectar los recipientes que contienen las bolsas de basura, al menos, una vez por semana.
- Impedir que los animales domésticos entre en la cocina, ya que trasportan gérmenes en sus patas, pelos y saliva. Al menos, mientras se preparan los alimentos para su consumo.
- Se debe cocinar, conservar, descongelar y recalentar los alimentos de forma adecuada. Es necesario respetar las temperaturas mínimas de cocción (al menos 70ºC en el interior del alimento en caso de carnes y pescados), temperaturas de conservación (refrigeración y/o congelación), lavado y desinfección de verduras, hortalizas y frutas, entre otros factores, para evitar el crecimiento y desarrollo de microorganismos en los alimentos.
En cuanto a la prevención de intoxicaciones por productos químicos, como insecticidas, detergentes, desinfectantes, etc. es de vital importancia que se mantengan alejados de los alimentos, en los envases originales, bien cerrados e identificados.
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