lunes, 30 de mayo de 2016

Calambres musculares ¿por qué se producen?¿cómo evitarlos?

Los calambres o rampas musculares se producen cuando un músculo se tensiona o contrae, sin voluntad consciente de contraerlo, y no se relaja, durante unos segundos, o incluso, minutos; que se caracteriza por la presencia de un dolor bastante intenso en la región tensionada. 

Los grupos musculares en los que, frecuentemente, se producen rampas son los músculos propios de la parte posterior y frontal del muslo, y en la pantorrilla; aunque, pueden producirse en otras zonas, como en la ingle, dedos de los pies, abdomen, etc. 

Una vez se ha producido un calambre muscular, en esta zona, el músculo se tornará duro, e incluso, abultado. 

Normalmente, las rampas musculares suelen producirse mientras se práctica deporte, como en natación, atletismo, fútbol, etc., aunque también es frecuente padecerlas mientras se duerme (por exceso de actividad física diurna o nocturna, e incluso, por estrés). 

¿Por qué se producen las rampas musculares?

La causa principal de los calambres musculares es la sobreexcitación de los nervios de los músculos, por un sobreesfuerzo muscular durante un gran período de tiempo, o lesión de dicha zona muscular sobreejercitada, que se acompaña de una deshidratación o bajos niveles de ciertos minerales, como el potasio. 

Cuando se padece un calambre muscular se debe detener la actividad que esté siendo realizada, y estirar y masajear la zona muscular afectada, dentro de lo posible. De este modo, desaparecerá el dolor producido por la tensión muscular, debido a que el músculo, poco a poco, se relajará. 

¿Cómo evitar los calambres musculares?

Es conveniente que, en general, cuando se vaya a realizar cualquier deporte, anterior a su práctica, la persona debe realizar estiramientos apropiados para el deporte y su intensidad, y además, debe asegurar una buena hidratación y depósito de sales minerales, sobretodo de potasio. 
Mientras se realiza el deporte, se recomienda el uso de bebidas isotónicas con carga de sales minerales. 
Y tras finalizar la actividad, se realizarán de nuevo estiramientos de todos los músculos ejercitados. 

Cabe destacar, que es muy importante que cada persona realice la actividad siendo consciente de su capacidad deportiva, para evitar calambres musculares, pero también posibles lesiones. 

En el caso de que se haya padecido uno o varios calambres musculares, es recomendable que la actividad física en el día posterior sea suave, para evitar su reaparición. 

Y, concretamente, ¿qué alimentos podrían ayudar en la prevención de rampas musculares?

La dieta de un deportista y/o persona que padece frecuentemente rampas musculares debe ser equilibrada y suficiente en cuanto a proteínas, hidratos de carbono y grasas, y rica en minerales como, calcio, magnesio y potasio, y vitaminas del grupo B, como la vitamina B1 y la vitamina B3, ya que estos micronutrientes participan en la contracción y relajación muscular, por lo que deben estar en cantidades suficientes y en equilibrio entre ellos. 

No nos debemos olvidar de la hidratación, siendo necesaria la ingesta de entre 1,5 y 2 litros de agua al día, y la reposición hídrica y de minerales, mediante bebidas isotónicas con carga de minerales, durante y tras el deporte, en función de las pérdidas por sudor. 

Alimentos aconsejados, ricos en minerales y vitaminas necesarias para la prevención de rampas musculares;
  • Alimentos ricos en calcio, magnesio y potasio; lácteos (leche, yogur, y queso),cereales integrales (trigo, quinoa y avena), pescado azul (caballa), legumbres (garbanzos, soja y frijoles), frutos secos y semillas (almendras, pistachos, semillas de sésamo, pipas de girasol y nueces), vegetales de hoja verde (espinacas, acelgas) y frutas cítricas (naranja, pomelo y piña), desecadas (higos, uvas pasas y dátiles), aguacate, melocotón o albaricoques. 
  • Alimentos ricos en vitaminas del grupo B; huevos, carne roja, carne magra, vísceras, pescado y marisco, y en menor medida, en legumbres (soja, garbanzos, y lentejas), germen de trigo, semillas, frutos secos, cereales integrales y tubérculos. 

En el caso de que los calambres sean fuertes y frecuentes, aún teniendo una correcta alimentación hidratación y práctica de ejercicio físico, sería conveniente acudir a un fisioterapeuta o médico especialista. 

miércoles, 25 de mayo de 2016

¿Cómo reducir los niveles de colesterol sanguíneo?

El colesterol es un tipo de grasa o lípido (esterol) que se encuentra en los tejidos y vasos sanguíneos corporales, de animales vertebrados y humanos. Y, a pesar de que siempre se hable mal del él, cumple ciertas funciones corporales esenciales para un buen funcionamiento del organismo, como; componente estructural de membranas celulares, por las que se regula el equilibrio de sales minerales, precursor de la vitamina D, que optimiza la absorción de calcio, precursor de hormonas sexuales y corticoesteroidales, y precursor de sales biliares, esenciales en el metabolismo de determinados nutrientes.

Por lo que, convendría especificar que tan sólo será perjudicial si, sus niveles en sangre, exceden de los valores considerados como normales. 

En el caso de que se sobrepasen los 200 miligramos de colesterol total por decilitro de sangre, la persona es diagnosticada como paciente con hipercolesterolemia, es decir, presenta niveles de colesterol altos en sangre; y debe instaurar unos hábitos dietéticos, y de estilo de vida saludables, para reducir o controlar dichos niveles de colesterol sanguíneo.

¿Qué factores causan la hipercolesterolemia?

En la mayoría de los casos, un nivel elevado de colesterol total sanguineo es debido a las siguientes causas;
  • Dieta inadecuada; rica en colesterol, grasas saturadas y alcohol. 
  • Estilo de vida sedentario, con malos hábitos alimentarios y de ocio. 
Pero, también, puede deberse a cambios hormonales fuertes, como embarazo o lactancia; e incluso, puede deberse a enfermedades hereditarias, como la hipercolesterolemia familiar, en la que los niveles de colesterol permanecen elevados sin necesidad de un estilo de vida y alimentación inadecuados. 

Además, existen ciertos factores de predisposición a padecer hipercolesterolemia, como son la edad, el sexo y el peso. Así, esta enfermedad es más frecuente en edades adultas o edades más avanzadas (a partir de los 45 años de edad, aproximadamente), en el género masculino, y en casos de sobrepeso u obesidad, en su mayoría, localizada en la zona abdominal.

Pero, además hemos oído hablar de colesterol "malo" y colesterol "bueno", ¿en qué se diferencian?

Se hace una distinción entre colesterol "bueno" y colesterol "malo", puesto que existen dos tipos de colesterol según a las lipoproteínas (sustancia compleja formada por lípidos y proteínas) a las que se une el colesterol, para ser transportado por el organismo.

El LDL- colesterol o colesterol "malo" se caracteriza por viajar del hígado a los diferentes tejidos y órganos corporales. Si existe un exceso de este tipo de colesterol (valores por encima de 130 mg/dl), éste se asentará y se depositará en las paredes de arterias y vasos sanguíneos, provocando un estrechamiento y endurecimiento de las paredes de los vasos; por lo que se dificultará el paso de la sangre, con oxígeno y otras sustancias nutritivas. Si el estrechamiento fuera extremo, se produciría un "tapón", que provocaría un accidente cardio o cerebrovascular, por trombosis o infarto. 

En cambio, el HDL- colesterol o colesterol "bueno" se caracteriza por transportar el colesterol de los tejidos y vasos sanguíneos al hígado, para su posterior eliminación por sales biliares. De ahí su denominación; ya que es "bueno" por eliminar excesos de colesterol corporal. Los niveles de este tipo de colesterol no deben ser menores a 40 mg/dl.

Y, ¿mediante la dieta podemos modificar los niveles de colesterol sanguíneo?

Sí. El colesterol total sanguíneo se forma de la suma de colesterol endógeno (producido por el propio organismo) y componentes dietéticos, que modifican el contenido de colesterol corporal. 

Así, cabe destacar que una persona con una patología de hipercolesterolemia heredada genéticamente, producirá, por sí mismo, gran cantidad de colesterol, que será difícilmente reducible mediante cambios en la dieta y estilo de vida. Aunque, de todos modos, debe mantener hábitos dietéticos y de actividad física para no aumentar en exceso los niveles de colesterol, y así, mantenerlos reducidos al máximo (aunque sigan siendo valores altos). El médico, o especialista a cargo, será quien paute la medicación, en caso de que sea necesario. 

Sin embargo, en los casos en que el colesterol esté alto por alimentación y estilo de vida incorrectos, esté se reducirá mediante dieta y ejercicio físico. Las recomendaciones generales son;
  • Práctica de ejercicio físico aeróbico moderado, al menos durante 30 minutos diarios; como caminar, dar un paseo en bici, natación, baile, etc. 
  • Establecer un horario de 5 comidas al día, masticando y comiendo con tranquilidad, en cantidades suficientes (sin excederse) y con agua como bebida principal. Se evitará toda clase de bebidas alcohólicas. 
  • Cumplir con las pautas dietéticas propias de la Dieta Mediterránea; en la que se consumen, como base energética, alimentos ricos en hidratos de carbono complejos y fibra, gran cantidad de verduras y frutas, pescado, y aceite de oliva como grasa principal de la dieta. 
  • Utilizar técnicas culinarias, con poca adición de aceites o grasas; como son el vapor, el hervido, la plancha, el horno, el salteado, al microondas, etc. 
Cabe destacar que, los alimentos de origen animal, tales como la carne, el pescado, los huevos y los lácteos, son los únicos alimentos que contienen colesterol, ya que éste es una sustancia propia de animales vertebrados. Pero, recientes estudios, afirman que, el colesterol sanguíneo aumenta más por tomar grasas poco saludables, que por tomar colesterol en sí. Así que la dieta debe ser restringida, principalmente, en grasas poco saludables, como son las grasas saturadas; en carne roja, lácteos enteros, embutidos, salsas industriales, bollería, etc., y las grasa trans; en bollería industrial y platos precocinados. Estos alimentos se deberán sustituir por carnes magras, pescado, lácteos desnatados y bollería casera, con reducida adición de grasas y azúcares. 


Las grasas de la dieta deben ser lo más saludables posible, puesto que se han observado beneficios en cuanto a la reducción del colesterol total y colesterol "malo", e incluso, a favor del aumento del colesterol "bueno". Estas grasas saludables son propias de frutos secos, pescado azul, aceite de oliva, y algunas frutas, como el aguacate. 

lunes, 23 de mayo de 2016

¿Qué es la Diabetes Mellitus?

El concepto de Diabetes Mellitus engloba una serie de enfermedades metabólicas, que se caracterizan por presentar un estado de hiperglucemia, es decir, niveles altos de "azúcar" en sangre, de una forma permanente, y debido, generalmente, a una incorrecta secreción y/o acción de la insulina. 

Y, ¿qué es la insulina?

Es una hormona producida y secretada por el páncreas. Concretamente por un tipo de células del páncreas, denominadas células beta propias de los Islotes de Langerhans (acúmulos de células con función endocrina del páncreas).  

Esta hormona se encarga de regular los niveles de "azúcar" en sangre, o lo que es lo mismo, la glucemia, manteniendola constante y dentro de unos valores establecidos como "normales".  Además, estimula a los tejidos corporales para que absorban la glucosa o "azúcar" del torrente sanguíneo, para realizar sus funciones y actividades básicas, o bien, ser almacenada en forma de glucógeno (reservas de azúcar en el cuerpo) o grasa, para su posterior utilización como energía corporal. 

Cuando existe algún error en la secreción de insulina o en la función de la misma, el azúcar no será utilizado o almacenado en el cuerpo, y permanecerá en sangre, acumulándose y llegando a valores desorbitados que producirán un colapso en el organismo. Si los valores de glucemia permanecen altos de forma permanente, y se atribuyen a un error en la síntesis o función de la propia insulina, se diagnostica Diabetes Mellitus. 

¿Qué valores de glucemia se considerarán altos, como para diagnosticar Diabetes Mellitus?

El nivel de azúcar en sangre se mide en miligramos de glucosa por cada decilitro de sangre (mg/dl), y se establece que;
  • En ayunas, los niveles de glucemia normales oscilan entre 70 y 100 mg/dl.
  • Dos horas después de ingerir algún alimento, los niveles de glucemia deben ser menores a 140 mg/dl. 
Cuando los niveles de glucemia en ayunas se encuentran entre 100 y 125 mg/dl, y la glucemia tras dos horas después de la comida se encuentra entre 140 y 199 mg/dl, hablamos de Pre-Diabetes; un concepto que se utiliza para designar aquellas personas que tienen valores altos de glucemia, pero no tan altos como para considerar que padece Diabetes Mellitus. 

Sin embargo, si los valores de glucemia en ayunas son mayores a 126 mg/dl, y tras dos horas después de comer son mayores a 200 mg/dl, se considera que el paciente presenta valores de glucemia propios de un diabético. 

Pero, ¿con tan sólo estos valores de glucemia, consideramos que una persona es diabética?

No, ya que la glucemia puede verse alterada por muchos factores, como la alimentación de ese día, cambio de horario de comidas, el estado de ánimo, estrés, padecer alguna enfermedad o infección, la actividad física, etc. 

Por ello, como primer paso, se recomienda que tome los valores de glucemia en sangre antes y después de las comidas durante varios días. Si presenta niveles de "azúcar" elevados, junto con síntomas propios de la diabetes, se recomienda que acuda a su médico de cabecera para que pida un estudio específico de Hemoglobina Glicosilada, mediante un análisis de sangre. 

¿Cuáles son los síntomas típicos de la Diabetes?

Las personas que padecen Diabetes Mellitus, y todavía no están diagnosticadas y tratadas, normalmente tienen mucha sed, muchas ganas de orinar, sensación constante de sueño, boca pastosa, etc. 

Y, ¿qué es la Hemoglobina Glicosilada?

La Hemoglobina Glicosilada es un parámetro que se mide mediante un análisis de sangre, y que determina el nivel promedio de glucemia de entre 2 y 3 meses. De este modo, se determina de una forma sencilla la media de la glucemia en un largo período, sin que tengan gran relevancia los factores que pueden alterar la glucemia de forma directa y puntual, como son la alimentación, un resfriado o un período de exámenes, con mucho estrés.

Si los valores de este parámetro son superiores o iguales a 6,5%, se diagnosticará al paciente como diabético. 

Pero, si la Diabetes no se diagnostica y se mantiene descontrolada durante un largo periodo, ¿qué consecuencias puede tener?

Las consecuencias más graves en una diabetes descontrolada, sin tratamiento alguno, pueden variar en función del tipo de diabetes que presente la persona y el tiempo de la enfermedad, entre otros factores. 

Como consecuencias principales podemos encontrar; la mala cicatrización de heridas, sobre todo en los pies, problemas de visión (retinopatía diabética), problemas renales (nefropatía diabética), y problemas cardiovasculares, por mala circulación y mayor riesgo de padecer infartos de miocardio. 



jueves, 19 de mayo de 2016

Números que debes cuidar en tu análisis de sangre

Cuando nos hacemos un análisis de sangre, al obtener los resultados, en muchas ocasiones, no entendemos que quieren decir; si los resultados están por encima o por debajo de los valores considerados como normales, y si están alterados qué consecuencias pueden acarrear, o cómo podemos normalizarlos, etc. Necesitamos que nuestro médico o especialista nos "traduzcan" que significan dichos valores obtenidos, y cómo solucionarlo, según las alteraciones que aparezcan. 

En este post, trataré de explicar valores que pueden verse alterados en una analítica, y que, posiblemente, estén relacionados directamente con la alimentación. 

Número de hematíes (RBC)

Los glóbulos rojos o hematíes se encargan de transportar el oxígeno y la hemoglobina a los diferentes tejidos corporales. Mediante el valor del número de hematíes, en una analítica, podemos identificar si el paciente padece anemia, por déficit de hierro, entre otras causas; sangrado excesivo, enfermedades de médula ósea, o destrucción acelerada y excesiva de hematíes por distintas patologías. 
Un valor normal de hematíes se encuentra entre 4,3 y 5,9 millones de hematíes por cada mililitro de sangre. 
  • Una cifra por encima de los valores normales indica insuficiencia respiratoria y tabaquismo crónico; e incluso puede ser frecuente en personas que viven en zonas de montaña altas. 
  • Una cifra por debajo de los valores normales indica anemia
Hemoglobina (HGB)

Es la proteína que transportan los glóbulos rojos en su interior, junto con el oxígeno. Un valor normal de hemoglobina varía entre 12,5 y 17 gramos de hemoglobina por litro de sangre. Si existe cualquier alteración por exceso o por defecto, se indicarán las mismas patologías o situaciones fisiológicas que denotaban el recuento de número de hematíes. Por tanto, es útil para diagnosticar anemia
Tan sólo existe una situación en la que el número de hematíes y la hemoglobina no casan, y es cuando la persona padece talasemia (enfermedad en los glóbulos rojos). 

Otros parámetros sanguíneos, como el Volumen Corpuscular Medio, la Hemoglobina Corpuscular Media, o el número de Plaquetas, también pueden indicar anemia, por déficit de hierro, vitamina B12 o ácido fólico, entre otras patologías; hepatopatías, alcoholismo crónico, talasemia, infecciones, hemorragias, etc. 

En el caso de padecer anemia por déficit de hierro (forma de anemia más común en nuestra sociedad), la recomendación principal es aumentar la ingesta de hierro, mediante alimentos (berberechos, mejillones, carnes rojas sin la grasa visible, lentejas) o mediante suplementos, en los casos más acusados; y acompañarlos con alimentos ricos en vitamina C, como kiwi, naranja, limón, etc. 

Glucosa

Indica la cantidad de azúcar que circula por la sangre, en ayunas. Un valor normal de glucemia en ayunas oscila entre 70 y 110 miligramos de glucosa por decilitro de sangre. 
  • Un valor por encima del valor normal es un signo identificativo de prediabetes o diabetes; enfermedad caracterizada por un estado de hiperglucemia o azúcar elevado en sangre, permanente. Aunque, con tan sólo dicho indicador no podemos diagnosticar la diabetes. Se necesitará un análisis específico del valor de Hemoglobina glicosilada, que calcula la media de azúcar en sangre de 3 meses; ya que la glucemia puede verse alterada de forma puntual por la administración de corticoides, enfermedades que aumentan los niveles de corticoides, o infecciones graves, entre otros factores. 
  • Un valor por debajo del valor normal indica ayuno prolongado, exceso de medicación para la diabetes o presencia de tumores. 
En el caso de padecer diabetes se debe mantener una dieta equilibrada, lo más parecida posible a la Dieta Mediterránea; evitar el consumo de azúcares simples, mantener un peso corporal saludable, realizar ejercicio físico; y controlar los niveles de azúcar, tomar medicación o administrar la insulina, según la pauta del médico. 

Colesterol total, triglicéridos, colesterol HDL y colesterol LDL

Todos estos parámetros son las "grasas" que viajan por nuestro torrente sanguíneo. 
  • Valor normal de colesterol total; por debajo de 200 miligramos de colesterol por decilitro de sangre. 
  • Valor normal de triglicéridos; entre 70 y 200 miligramos de triglicéridos por decilitro de sangre. 
  • Valor normal de colesterol HDL o "colesterol bueno"; entre 40 y 80 miligramos de HDL por decilitro de sangre. 
  • Valor normal de colesterol LDL o "colesterol malo"; entre 35 y 180 miligramos de LDL por decilitro de sangre. 
Cualquier alteración en estos cuatro valores diagnostica una dislipemia (alteración de uno o varios parámetros de "grasas" sanguíneas), por exceso de grasa (hiperlipemia, es la forma más común de dislipemia); pero también por una determinada situación fisiológica (embarazo o lactancia), medicación, alcoholismo crónico, etc. Todas ellas conllevan a un mayor riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares.

En el caso de padecer una hiperlipemia, es decir, colesterol total alto, triglicéridos altos o colesterol LDL alto, se recomienda evitar la bollería industrial, los azúcares refinados, platos precocinados, fritos, patatas chips y otros alimentos grasos; como el bacon, embutidos, carnes rojas, quesos curados, lácteos enteros, mantequilla y nata. La alimentación debe ser rica en verduras, frutas, cereales integrales, carnes y pescados magros, frutos secos y aceite de oliva. 

Creatinina y urea (urato)

Son dos parámetros que se encargan de indicar alteraciones en la función renal, el grado de deshidratación corporal y la masa muscular de un individuo. 
  • Valor normal de creatinina; entre 0,6 y 1,2 miligramos por decilitro de sangre. Un valor elevado denota deshidratación, mala función de riñones o demasiada musculación. Mientras que un valor bajo indica pérdida de masa muscular por desnutrición. 
  • Valor normal de urea; entre 10 y 40 miligramos por decilitro de sangre. Un valor alto denota deshidratación, demasiada masa muscular, insuficiencia renal, o sangrado digestivo. Mientras que un valor bajo indica baja masa muscular. 
Es conveniente acudir a un nutricionista, en el caso de padecer insuficiencia renal, para establecer una pauta dietética concreta, especial para cada individuo. Mientras que en el caso de deshidratación y/o desnutrición, lo conveniente es nutrir de nuevo, mediante alimentación oral o enteral (por sonda, mediante preparados nutricionales), para evitar posibles complicaciones futuras (mala o insuficiente función orgánica, desmineralización huesos, etc.).

Os adjunto una página web dónde podréis encontrar la interpretación de un análisis de sangre, casi completo, en la que se describen otros parámetros de interés, que indican otras patologías, que no están tan directamente relacionadas con la alimentación. 
http://www.elmundo.es/elmundosalud/especiales/2005/05/analisis_sangre/index.html

martes, 17 de mayo de 2016

Hipertensión arterial ¿se descontrola con la sal?¿y con el café?

La hipertensión arterial consiste en un aumento crónico de la presión arterial, que, si no se controla, puede ocasionar accidentes cardiovasculares, como el infarto de miocardio o trombosis cerebral. 

Es una enfermedad que no se manifiesta con síntomas (denominada "asesina silenciosa"), y que tiene como principal y primera consecuencia el endurecimiento de las paredes de las arterias, volviéndose más gruesas, dificultando el paso de la sangre. Este fenómeno se llama arteriosclerosis, que se diferencia de la aterosclerosis; enfermedad que afecta a las arterias, producida por un exceso crónico de los niveles de colesterol sanguíneos, que se depositan formando placas de ateroma, en las arterias, que dificultan el paso de la sangre por éstas. 

Numerosos estudios afirman que, existen ciertos factores desencadenantes de hipertensión, que pueden ser modificados para conseguir un reducción en la presión arterial. Entre estos factores modificables encontramos; el sobrepeso u obesidad, inadecuada alimentación, sedentarismo, estrés, tabaquismo y alcoholismo, etc. Aunque, es cierto que, existen otros factores desencadenantes de hipertensión que no se pueden modificar, como son la herencia genética, el sexo, la edad, presencia de otras patologías cardiovasculares, etc. 

Como medidas principales preventivas y de tratamiento de la hipertensión arterial, encontramos;
  • Reducción del peso y/o mantenimiento de un peso, dentro de unos valores considerados como normales, según estatura y constitución corporal. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para desarrollar hipertensión arterial. 
  • Dieta equilibrada y saludable, rica en verduras y frutas, cereales integrales, carnes y pescados magros, lácteos desnatados, aceite de oliva y frutos secos. Se debe reducir el consumo de sal (concretamente, de sodio), presente en alimentos procesados, precocinados y preparados para el consumo, patatas chips, etc. 
  • Practicar ejercicio físico aeróbico moderado, como pasear, caminar, pasear en bici, baile, natación, etc., al menos durante 30 minutos, todos los días de la semana. De este modo conseguiremos mantener (o reducir) el peso corporal y mejorar la circulación sanguínea. 
¿Cómo se mide la presión arterial?¿Qué valores indican una hipertensión arterial?

La presión arterial se mide mediante un tensiometro, en milímetros de mercurio (mmHg), el cual nos da información sobre; la presión sistólica (valor más alto), que indica la presión de la sangre del corazón a los vasos sanguíneos, y la presión diastólica (valor más bajo), que indica la presión de la sangre de los vasos sanguíneos al corazón. 
  • Presión arterial normal; menor o igual a 120/80 mmHg.
  • Prehipertensión; de 120/80 hasta 139/89 mmHg.
  • Estado 1 de hipertensión; 140/90 hasta 159/99 mmHg.
  • Estado 2 de hipertensión; 160/109 hasta 179/109 mmHg. 
  • Estado 3 de hipertensión; mayor de 179/109 mmHg. 
¿Puede ser que cuando vaya al médico tenga valores de tensión más altos que cuando me los mido en casa?

Sí, este fenómeno se denomina "hipertensión de bata blanca", y se produce, normalmente, cuando visitas al médico o especialista para medirte la tensión. La presión arterial aumenta por nervios del paciente ante la presencia del médico. Por lo que, se recomienda que los pacientes con hipertensión, se revisen 1 vez por día, en casa, los valores de tensión y los anoten, para informar al médico en su próxima visita. 



Y, ¿cómo afecta el consumo de sal en la tensión arterial?

La dieta baja en sal es recomendable hasta en persona no hipertensas. Un exceso en el consumo de sal afecta a la tensión arterial por dos motivos principales; 
  • En condiciones normales, cuando se eleva la tensión arterial, una terminación nerviosa situada en la arteria aorta, envía señales a las neuronas que producen vasopresina (denominada "hormona antidiurética") para que dejen de liberarla, y se reduzcan los valores de tensión altos. Cuando el consumo de sal es excesivo y continuado, se produce un cambio bioquímico en las neuronas que afecta a la producción de vasopresina, manteniendo los niveles de tensión altos. 
  • Por otro lado, un consumo excesivo de sal, favorece la retención de líquidos, por lo que aumenta la presión arterial. Esto también afecta al funcionamiento del corazón y vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de accidentes cardiovasculares. 
Se deben consumir menos de 5 gramos de sal por día, y es recomendable mantener una buena hidratación, para combatir la retención de líquidos, con un consumo de entre 1'5 y 2 litros de agua al día y 1 vaso con infusión diurética, por día, como; cola de caballo, diente de león, limón y jengibre, etc. 

¿Y el consumo de café?

Respecto a la creencia de que el café ocasiona hipertensión arterial, cabe decir que no está demostrada está relación entre el café y la hipertensión. Si bien es cierto que la cafeína estimula el sistema nervioso, y que en exceso puede producir nerviosismo, que conduzca a una elevación de la tensión arterial de forma momentánea, no está demostrado que el café ocasione hipertensión crónica. 

Se recomienda un consumo de entre 1 y 3 tazas de café al día, tanto para hipertensos como para personas sin hipertensión arterial. Aunque, también sería recomendable, que en personas nerviosas y con cierto grado de estrés, se sustituya el café tradicional por café descafeinado, con menor contenido en cafeína. 

viernes, 13 de mayo de 2016

Alimentación en Enfermedades Inflamatorias Intestinales

Una Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) se caracteriza por una inflamación que afecta a ciertas zonas del sistema digestivo, especialmente la región intestinal. La consecuencia mayor de este tipo de patología es la deficiencia de ciertos nutrientes y agua, ya que afecta a la región en la que se digieren, absorben y eliminan los desechos, de los alimentos. 

Existen dos tipos principales de enfermedad inflamatoria intestinal; Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa. 

A modo de resumen, la Colitis Ulcerosa se caracteriza por la formación de ulceras seguidas, que forman una región ulcerada importante, que con frecuencia sangra, en el revestimiento del intestino grueso (colon). Mientras que la Enfermedad de Crohn se caracteriza por la formación de ulceras más profundas, alternadas entre zonas no ulceradas, que pueden darse en todo el sistema digestivo (desde la boca hasta el recto), pero tienen preferencia por el intestino delgado. 
Ambas enfermedades pueden diagnosticarse a cualquier edad, aunque es frecuente que se diagnostiquen antes de los 30 años. 
Los síntomas propios de dichas enfermedades inflamatorias intestinales son los siguientes;
  • Diarrea. Es más recurrente y frecuente en la colitis ulcerosa, y habitualmente con presencia de sangre en las heces, que en la enfermedad de Crohn. 
  • Estreñimiento. Puede ocurrir con frecuencia en la enfermedad de Crohn una vez todos los síntomas están bajo control. No tanto en la colitis ulcerosa. 
  • Dolor abdominal intenso, que se puede acompañar de vómitos y náuseas. En la colitis ulcerosa el dolor puede variar de localización e intensidad, pero normalmente se produce en la zona abdominal baja, cerca de la cadera. Mientras que en la enfermedad de Crohn sucede en la zona inferior derecha del abdomen, justo antes de ir al baño. 
  • Fiebre, en casos de complicaciones o recaídas fuertes. 
  • Pérdida de apetito, pérdida de peso, e incluso retraso del crecimiento en niños (mayor en la enfermedad de Crohn, que en colitis ulcerosa). 
  • Dificultades para evacuar, sensación de querer evacuar cuando en realidad el recto está vacío (tenesmo), y en general, dificultad para vaciar los intestinos. 
  • Fistulas y ulceración anal. Las fistulas son más bien propias de la enfermedad de Crohn; no son tan frecuentes en la colitis ulcerosa. 
  • Síntomas neurológicos y psíquicos, propios de la enfermedad de Crohn. Rara vez se producen en la colitis ulcerosa. 
Es bien cierto, que estos síntomas no se dan de forma contínua, es decir, se presentan en ciertas ocasiones, de recaídas. Con un buen tratamiento farmacológico, una buena alimentación y un estado de ánimo estable, los síntomas aparecerán más a la larga.

No se conoce con certeza cual es la causa de dichas enfermedades inflamatorias intestinales, aunque se piensa que se deben a una reacción inmunológica exagerada frente a las bacterias intestinales. Lo que sí es cierto es que no se debe a reacciones alérgicas o de sensibilidad a ciertos alimentos, tensiones emocionales (nervios, estrés), etc. aunque estos pueden ser factores desencadenantes o intensificadores de los síntomas. 

Es de destacar que ambas enfermedades son crónicas, puesto que difícilmente son curadas (tan sólo, en el caso de extirpación del colon en la colitis ulcerosa grave, que puede llevar a la curación total de dicha enfermedad). Por lo que precisan de un tratamiento farmacológico continuo y una dieta adaptada a la características de cada paciente. 

¿Cómo debe ser la alimentación en estas enfermedades?

Una buena nutrición e hidratación es esencial para afrontar cualquier tipo de enfermedad crónica. En este caso en particular, la alimentación es primordial por la presencia de diarreas, que conllevan a una pérdida de nutrientes y líquidos importante. Esta alimentación deberá será personalizada a cada paciente, pues existen muchos casos en los que los pacientes identifican que existen alimentos que le sientan mal, desencadenando o provocando los síntomas de la enfermedad. 

Normalmente, los pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa encuentran problemáticos los siguientes alimentos, pues desencadenan los síntomas propios de la enfermedad;
  • Alimentos excitantes, como el café. 
  • Platos muy especiados y condimentados, como la comida mexicana (picante). 
  • Platos con grandes cantidades de grasas y/o azúcares, como alimentos fritos (patatas fritas, papas, frutos secos, huevos), bacon, embutidos, etc., junto con bollería, galletas, azúcar, dulces, pasteles, etc. 
  • Alimentos ricos en fibra, como cereales integrales, frutas y verduras crudas.
  • Alimentos productores de gas y flatulencias, como legumbres, coliflor, pimientos, etc. 
  • Alimentos ácidos, como frutas ácidas (fresas, kiwi, limón, naranja).
  • Alimentos con lactosa, como la leche. 
  • Bebidas alcohólicas y/o gaseosas. 

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Qué son las carnes vegetales? Cocina vegetariana y vegana

En la actualidad, se han elaborado multitud de alimentos y productos alimenticios para satisfacer las necesidades nutritivas y sensoriales de todos los seres humanos del mundo, cada cual con su tipo de dieta. 

Concretamente, en el caso de los vegetarianos y veganos, que se caracterizan por abstenerse del consumo de alimentos de origen animal, se han experimentado y descubierto distintas recetas y alimentos que suplen las deficiencias de nutrientes, principalmente proteínas, propias de su alimentación. 

¿En qué consiste la alimentación de un vegetariano? ¿Y de un vegano? ¿Son lo mismo?

La filosofía de un vegetariano y de un vegano tiene como base principal la exclusión de alimentos de origen animal en su dieta; aunque por su parte, el vegetariano si permite el consumo de derivados de animales como son los productos lácteos, los huevos, la miel, etc., evitando el consumo de carne y pescado, en sí. Los veganos, van más allá, evitando el consumo de cualquier producto alimentario, cosmético, de limpieza, etc. que implique algún tipo de sufrimiento o muerte animal. 

En resumen, los veganos son "vegetarianos estrictos", evitan todos los productos de origen animal; carnes, pescado, miel, huevos, lácteos, tejidos como lana, cuero, seda, etc. y productos químicos que se comercializan tras pasar ciertas pruebas en animales. 

En cualquier caso, ambos grupos pueden tomar carnes vegetales, pero ¿qué son?

La carne vegetal imita las características organolépticas, y en cierta medida, nutritivas, propias de la carne animal. No es más que un producto que se elabora partiendo de alimentos vegetales, para imitar la textura y la apariencia de la carne procedente de animales.

Se puede decir que los maestros en producir carne vegetal son los asiáticos, especialmente, los chinos. La mayoría de los tipos de carne vegetal son productos derivados de la soja. Los asiáticos llevan siglos utilizando la soja en su alimentación, de ahí la maestría que tienen en la elaboración de carnes vegetales. 

Principales tipos de carne vegetal;
  • El tempeh es un producto derivado de la soja, que se elabora cociendo y fermentado la soja, con ayuda de un hongo denominado Rhizopus oligosporus. Presenta un color blanquecino y una textura similar a la de una hamburguesa jugosa, con un sabor parecido a la nuez.
  • El seitán se obtiene a partir del gluten del trigo, por lo que no es apto para celíacos. Es un alimento rico en proteínas, que se produce tras la cocción y condimentación del trigo. Presenta una consistencia similar a la de la carne animal, y se puede elaborar de forma casera y/o a partir de preparados comerciales. 
  • La soja texturizada, se obtiene tras someter la soja a un proceso mecánico, donde toma forma y textura de diferentes carnes de origen animal; con colorante oscuro para asemejarse a la ternera, con forma de alitas de pollo, desmenuzada, en forma de medallón, etc. Se vende, normalmente, deshidratada y también recibe el nombre de "proteína de soja". 
  • El tofú es el queso de soja, denominado también Queso de Asía. Con un gran aporte de proteínas, se obtiene cuajando la leche o bebida de soja. Se puede preparar de forma casera o mediante preparados comerciales; obteniendo gran variedad de sabores (ahumado, al natural, con sésamo, con olivas negras, con tomate seco, etc.). Puede presentarse en distintas texturas, de más suaves a más firmes, y es muy común en el mercado. 

¿Dónde y cómo obtener estas carnes vegetales?

De las carnes vegetales anteriormente nombradas, el tofú, el seitán y el tempeh pueden elaborarse de forma casera, en casa. 

Pero si se prefiere comprarlas, ya preparadas, se pueden encontrar en establecimientos especializados como herbolarios o tiendas de comida vegetariana y vegana; también, en algunas grandes superficies; o de forma online. 

Aún así existen otras alternativas a dichas carnes vegetales, para obtener alimentos con alta proporción de proteínas y de buena calidad; como pueden ser hamburguesas de legumbres.

lunes, 9 de mayo de 2016

Edulcorantes con bajo índice glucémico, ¿para qué?¿son mejores?

Como hablamos anteriormente, los edulcorantes son todas aquellas sustancias que aportan sabor dulce a un alimento o comida. 
Dentro de los tipos de edulcorantes, encontramos los edulcorantes calóricos, que aportan calorías a la dieta. Estos edulcorantes aportan 4 kcal por cada gramo de producto, presentan sabor dulce y están compuestos por hidratos de carbono simples.  

¿Qué significa que son "hidratos de carbono simples"?

Cuando utilizamos la palabra "simple" para designar un tipo de hidrato de carbono, la utilizamos en referencia a la forma química de las moléculas que los componen. En este caso, cuando los hidratos de carbono son "simples", la forma química de estas moléculas es sencilla, por lo que, son absorbidos y pasan al torrente sanguíneo de una forma casi inmediata. Este tipo de hidratos de carbono, además, se caracteriza por un sabor dulce, y son por tanto, utilizados como edulcorantes de la dieta. 

Pero, además, para describir que un hidrato de carbono es "simple", fácil de digerir, absorber y asimilar en el torrente sanguíneo, también podemos utilizar el concepto de Índice Glucémico. El índice glucémico de un alimento, o en este caso, edulcorante, corresponderá a la velocidad en que se absorbe y pasa al torrente sanguíneo el azúcar o hidrato. Cuanto mayor es el valor de este índice, mayor será la velocidad a la que pasa el azúcar a la sangre. 

¿Es beneficioso que un edulcorante tenga un índice glucémico alto?

No, cuanto menor sea el índice glucémico del edulcorante (o alimento) mayor será el beneficio para nuestro organismo. 

Si un edulcorante o alimento presenta un índice glucémico elevado (mayor de 55), el azúcar pasará rápidamente a la sangre, produciéndose un pico de glucosa (o azúcar) en sangre, y provocando un sobreesfuerzo del cuerpo para excretar la insulina necesaria para rebajar los niveles de glucemia (glucosa en sangre), y mantener el nivel de azúcar en sangre estable.

Por tanto, será beneficioso la sustitución de edulcorantes calóricos con índices glucémicos elevados, como el azúcar de mesa, azúcar moreno, miel o jarabe de fructosa, entre otros; por edulcorantes calóricos con índices glucémicos bajos. 

Ejemplos de edulcorantes calóricos que presentan índices glucémicos bajos.
  • Néctar o sirope o miel de ágave; es un jugo vegetal dulce que se extrae de una especie de cactus o planta del desierto, llamada ágave, que en la actualidad, comienza a utilizarse como sustituto saludable del azúcar. Presenta un índice glucémico bajo, respecto al azúcar de mesa (índice de 70), con un valor de entre 15 y 21; y es tres veces más dulce que éste, siendo una buena opción para pacientes diabéticos. 
  • Miel de acacia; con un color más claro que el resto de mieles, y con un índice glucémico menor que éstas (aproximadamente, un índice de 30, mucho menor al índice propio de otras mieles, que varía entre 60 y 80). 
  • Azúcar de coco; azúcar natural, que se encuentra en la parte líquida del coco, y que presenta un índice glucémico de 35, mucho menor al del azúcar de mesa. 

De todos modos, tanto los edulcorantes con índices glucémicos bajos como altos, presentan gran cantidad de calorías en poco volumen, y deben consumirse en pequeñas cantidades y de forma ocasional. Ninguno de los dos tipos de edulcorantes deben estar presentes en la dieta, de forma habitual. Pero, en el caso de elegir, será conveniente escoger las formas con menor índice glucémico, para evitar picos de glucemia importantes y mantener estables los niveles de azúcar en sangre, sobretodo en paciente con diabetes. 

sábado, 7 de mayo de 2016

¿Qué hierbas aromáticas utilizarías en cada plato?

Todo cocinero sabe que la adición de hierbas aromáticas y/o especias puede crear un gran plato. El truco se encuentra en conocer su sabor y como combina con los ingredientes del plato. 

Pero, antes de empezar... ¿es lo mismo una especia que una hierba aromática?

En la actualidad, utilizamos frecuentemente ambos términos como lo mismo, pero no lo son. El término de hierba aromática se utiliza para designar las hojas de plantas, sin contar otras partes de éstas, como tallos leñosos; mientras que las especias incluyen en su composición tallos, raíces, frutos, cortezas y hojas. 

Normalmente, suelen diferenciarse en su origen, ya que las hierbas aromáticas provienen de climas templados, mientras que las especias provienen de climas tropicales. 

Y además de ello, se diferencian en la forma de presentación, ya que habitualmente, las hierbas aromáticas se presentan en forma de hoja integra o troceada; mientras que las especias aparecen en polvo deshidratado. 

Hierbas aromáticas más populares y su utilización en la cocina

ALBAHACA

Es una hierba aromática originaria de la India, aunque típica en la cocina italiana. Aún existiendo distintas variedades de albahaca, todas ellas presentan un olor característico similar al anís, muy dulzón, con un color verde intenso, y puede cocinarse o comerse cruda, con la hoja entera.
Es un condimento muy versátil, pudiendo acompañar a casi todo tipo de platos, como carne, pescado, pasta y verduras. Sin embargo, es habitual utilizarla en la cocina italiana, acompañando pastas y pizzas, e incluso salsas, como la salsa pesto; también es frecuente en la producción del curry (mezcla de especias y hierbas); además de, utilizarse en productos de repostería típicos de China e infusiones. 
Puede combinarse con tomillo, hinojo y orégano, para crear un nuevo sabor y realzar el plato. 

MENTA

Es una hierba aromática refrescante, presente en todo el mundo, utilizada con frecuencia en la producción de caramelos e infusiones, pero también muy utilizada en platos de carne con sabor fuerte, como el cordero (sobretodo en Inglaterra). 
Es frecuente, además, su uso en la preparación de platos de frutas frescas y en compañía del chocolate, para aportar más frescura al producto. 
Presenta un sabor similar a la hierbabuena.

ORÉGANO

Es originario de la región mediterránea y del sudoeste de Asia, que, en la actualidad, se consume en forma seca. 
Asociamos claramente el sabor del orégano con la cocina italiana, ya que es un excelente acompañante del tomate y de las pastas, aunque sigue siendo bastante versátil combinando también con verduras, carnes, e incluso, ensaladas. 
Además, combina perfectamente con sabores picantes, así que es frecuente su uso en la cocina mejicana, donde se utiliza como parte del sazonador principal de sus comidas, junto con el chile. 

ROMERO

Procedente del sur de Europa y norte de África, el romero es una hierba aromática ideal para guisos de carne, aves y patatas, debido a su aroma intenso. 
Sus hojas pueden utilizarse frescas, o en forma seca (que, incluso, intensifica el sabor), pero, por su aroma fuerte, no se debe utilizar en grandes cantidades, ni en todos los platos. Si bien combina a la perfección con aves, carnes y patatas, suele combinar muy mal con pescados, verduras y sopas. 

PEREJIL 

El perejil es una hierba aromática procedente del Mediterráneo, que se utiliza con frecuencia en salsas y productos de origen animal, como carnes y pescados. 
Existen distintas variedades, según su región de origen, y está presente en la dieta de la mayoría de europeos, en la que se suele combinar con ajo y otras especias (como en salsa verde). Pero, en regiones de Oriente Medio, suele comerse de forma cruda en ensaladas o tabulés. 


jueves, 5 de mayo de 2016

Alimentos enemigos de la salud

Para conseguir un estado de salud óptimo, se deben tener en cuenta numerosos factores, tanto personales (características físicas, metabolismo, enfermedad, etc.), como ambientales (socio-culturales, educación, etc.); dentro de los cuales encontramos la alimentación y dieta diaria. 

Es necesaria la instauración de unos hábitos alimentarios saludables y equilibrados para conseguir un buen funcionamiento corporal, mediante una nutrición correcta, variada y suficiente para cubrir las necesidades corporales de nutrientes y calorías; además de, mantener y/o conseguir un peso saludable, que variará en función de las características físicas de cada individuo. 

¿Qué alimentos podríamos considerar como "enemigos" de nuestra salud?

PATATAS FRITAS (de bolsa, o en bastón).

Las patatas fritas contienen gran cantidad de grasas, azúcares y sal, con lo que, un consumo frecuente y repetido, puede asociarse a la aparición de sobrepeso, obesidad, e incluso, hipertensión, entre otras enfermedades. 
La patata, en sí, no es perjudicial para nuestra salud; sino, su forma de preparación, ya que mediante la fritura, se elimina el agua propia del alimento, y se sustituye por la grasa de freír; además, de la adición de gran cantidad de sal, para obtener el sabor salado típico de estos productos. 

Sustitutos saludables; chips de boniato al horno, chips de calabacín al horno con una pizca de queso en polvo, chips de berenjena con un chorrito de vinagre balsámico, etc. 



CHORIZO (embutidos)

El chorizo, junto con otros embutidos (longanizas, butifarras, morcillas, chistorras, sobrasada, etc.), son ricos en grasa animal saturada, colesterol y sodio (sal), con contenido variable de proteínas, y deficiente de hidratos de carbono. Se recomienda evitar su consumo, puesto que aumenta el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad y otras enfermedades cardiovasculares (colesterol alto, e hipertensión). 

Sustitutos saludables; carne magra de pollo, pavo, conejo, lomo de cedo, etc. y/o hamburguesas caseras (sin adición de grasas, a partir de carne magra picada). 

ROSQUILLAS GLASEADAS (bollería industrial)

Las rosquillas glaseadas, y en general la bollería industrial, contienen grandes cantidades de azúcares simples, grasas saturadas y grasas trans. Estos nutrientes son los menos saludables que existen en la dieta, ya que aumentan los niveles de colesterol "malo" (LDL-colesterol), colesterol total, triglicéridos o grasas en sangre; además de aumentar el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad, hipercolesterolemia y diabetes. 

Sustitutos "más" saludables; bizcochos, galletas y bollería casera, utilizando menor cantidad de azúcares o sustituyéndolos por edulcorantes acalóricos, y reduciendo la adición de grasas o utilizando productos desnatados. Ejemplos; galletas de avena y plátano maduro con canela y sacarina líquida; o bizcocho casero de naranja, con harina, huevos (reducir número de yemas), sacarina líquida, levadura en polvo y zumo natural de naranja. 

REFRESCOS CON GAS Y AZÚCAR

Los refrescos con gas y azúcares, contienen gran cantidad de azúcar y gas, y, en ocasiones, un elevado contenido en cafeína y ácido fosfórico. 
Por su parte, el azúcar aumenta el riesgo de padecer diabetes, sobrepeso u obesidad; además de, provocar picos de glucemia elevados, poco saludables para la persona. En cambio, el gas produce malestar abdominal, por distensión, y posibles flatulencias. Y, si se añade cafeína y/o ácido fosfórico a la bebida, se produce un estado de nerviosismo, e incluso adicción; más, descalcificación ósea por desmineralización del hueso provocada por la ingestión en grandes cantidades de fósforo. 

Sustitutos saludables; agua mineral, agua con limón exprimido, infusiones, tés fríos, e incluso, en algunas ocasiones, se pueden sustituir por zumos de frutas naturales, sin azúcares añadidos.

GOLOSINAS, CHUCHERÍAS Y CARAMELOS

Las golosinas aportan grandes cantidades de calorías vacías, es decir, tienen un alto valor calórico, sin presentar cantidades significativas de proteínas, vitaminas y minerales. Son ricas en azúcares simples, y en algunas ocasiones, grasas (por adición de chocolate, por ejemplo). 
Es de vital importancia que se evite su consumo en niños, debido a que causan caries dentales, sobrepeso u obesidad, y riesgo de padecer diabetes en edades adultas. 

No presentan sustitutos saludables, que se asemejen. Aún así, ya que se utilizan como aperitivos, pueden sustituirse por cereales integrales con frutos rojos desecados, chocolate puro (de más del 70% de pureza), snacks de manzana o piña, o frutas frescas, en pequeñas cantidades. Siempre respetando el horario de comidas, sin abusar del picoteo. 

martes, 3 de mayo de 2016

Aditivos alimentarios, ¿qué son?¿cómo se clasifican?

Los aditivos alimentarios se definen como "cualquier sustancia, que, normalmente, no se consuma como alimento en sí, ni se use como ingrediente característico en la alimentación, independientemente de que tenga o no valor nutritivo, y cuya adición intencionada a los productos alimenticios, con un propósito tecnológico en la fase de fabricación, transformación, preparación, tratamiento, envase, transporte o almacenamiento tenga, o pueda esperarse que tenga, directa o indirectamente, como resultado que el propio aditivo o sus subproductos se conviertan en un componente de dichos productos alimenticios"

De una forma sencilla, consideramos que un aditivo alimentario es una sustancia que se añade al alimento o plato, para mejorar y/o mantener sus características organolépticas y nutritivas. 

Aunque se piensa que los aditivos alimentarios son un producto moderno, ya desde épocas muy antiguas existían y se utilizaban como tal. Se emplean desde que el hombre empezó a conservar su cosecha y productos de caza y pesca, para mantener su alimentación en épocas más frías, mediante el salazón y el ahumado. Los egipcios, también, utilizaban colorantes y aromas para realzar el atractivo de diversos alimentos; junto con los romanos que utilizaban la salmuera, especias y colorantes para conservar y mejorar la apariencia de ciertos alimentos. 

Aún así, es bien cierto, que en la actualidad, la tecnología es mucho más sofisticada en cuanto a la fabricación, obtención y adición de los aditivos alimentarios, pues no se utilizan técnicas tan rudimentarias como las de nuestros antepasados. 

¿Cómo clasificarlos?

Cuando observamos un etiquetado nutricional, donde, por ley (al menos en la Unión Europea) deben estar reflejados todos los aditivos alimentarios utilizados y presentes en el producto alimentario final, tendremos que los aditivos se denominan mediante el Número E. 

El Número E se construye con la letra E, en mayúsculas, delante de un número de tres cifras, normalmente, que va desde el número 100 al número 999 (ejemplo; E954 sacarina). Es una forma práctica, sencilla y rápida de identificar los aditivos alimentarios, permitidos en la Unión Europea, sin distinción de idiomas. 
  • Del número 100 al 199; se identifican los colorantes. De 10 en 10 si identifican los distintos colores; 100-109 amarillo, 110-119 naranja, 120-129 rojo, 130-139 azul y violeta, 140-149 verde, 150-159 marrón y negro, más del 160 otros colores. 
  • Del número 200 al 299; se identifican los conservantes. Al igual que con los colorantes, de 10 en 10 se identifican los distintos tipos de conservantes; 200-209 sorbatos, 210-219 benzoatos, etc. 
  • Del número 300 al 399; se identifican los antioxidantes y reguladores de la acidez. Y del mismo modo, se clasifican los distintos grupos de antioxidantes; 300-309 ascorbatos, 310-319 galatos, etc.
  • Del número 400 al 499; se identifican los espesantes, estabilizantes y emulsionantes, como alginatos (400-409). 
  • Del número 500 al 599; se identifican los reguladores de acidez y pH, como cloratos y sulfatos (510-519). 
  • Del número 600 al 699; se identifican los intensificadores de sabor, como glutamatos (620-629). 
  • Del número 900 al 999; se identifican otros aditivos, como los edulcorantes (950-969), formadores de espuma (990-999), ceras (900-909), etc.  
Algunos aditivos alimentarios presentan diversas funciones en los alimentos, es decir; por ejemplo, un antioxidante puede tener función de antioxidante y de conservante, en un mismo alimento. 

Además, existen más aditivos alimentarios, con mayor numeración, pero, dichos aditivos no se contemplan en este listado, propio del INS o Sistema Internacional de Numeración, según lo determinado por el órgano correspondiente del Codex Alimentarius.