Un refresco de cola está compuesto por agua carbonatada, azúcares refinados o edulcorantes y distintos aditivos alimentarios, como saborizantes, colorantes y conservantes; y normalmente, se diferencian con el resto de los refrescos por su contenido en cafeína.
Cada marca comercial de refresco de cola añade sus propios ingredientes, en cantidades concretas, para dar a su producto un sabor personalizado y diferenciado de otras marcas comerciales; saborizantes como canela, vainilla o cítricos, mezcla de distintos edulcorantes, etc.
Pero, ¿porqué son tan nocivos para la salud de las personas?
Valor energético elevado.
Normalmente, los refrescos de cola contienen gran cantidad de azúcares refinados o simples, que suponen una carga elevada de calorías vacías, ya que no aportan ninguna cantidad significativa de vitaminas y minerales; tan sólo aportan azúcares, que en su mayoría se almacenarán en el cuerpo, en forma de grasa. Con ello, se contribuye al aumento de peso corporal y aparición de obesidad.
Además, debido a que es una fuente de azúcares de rápida absorción, es decir, los azúcares pasan rápidamente al torrente sanguíneo, aumenta el riesgo de padecer Diabetes Mellitus tipo II en futuros no muy lejanos.
Cuando consumimos refrescos azucarados, estos azúcares pasan rápidamente a la sangre, y con ello, el cuerpo realiza un esfuerzo para excretar insulina, de forma rápida y en cantidades exageradas, para rebajar los niveles de azúcares sanguíneos y no colapsar el sistema.
Rápidamente, todo el azúcar captado por la insulina se almacenará en forma de grasa corporal, y además, se mantendrá la excreción de insulina, que ya no es necesaria en el cuerpo, pudiéndose producir una bajada de azúcar (en el caso de que se haya consumido el refresco de una forma brusca, sin acompañar de comida).
Estas subidas y bajadas de azúcar, junto con la formación de grasa corporal, son factores primarios de riesgo en la producción de Diabetes Mellitus tipo II (tipo de diabetes propia de adultos con obesidad, aunque está siendo frecuente en adolescentes y niños, en la actualidad).
Alta cantidad de cafeína.
Los refrescos de cola se caracterizan por la presencia de cafeína en su composición. Generalmente, una lata de refresco de cola contiene entre 4 y 5,5 gramos de cafeína, extraída de la nuez de cola (un fruto tropical).
En cantidades moderadas, la cafeína aumenta la frecuencia cardíaca de forma moderada, aumenta temporalmente la tensión arterial, y estimula el sistema nervioso, facilitando el trabajo intelectual y la actividad muscular.
Sin embargo, en cantidades elevadas y frecuentes (entre 4 y 6 gramos de cafeína al día, durante varias semanas), puede inducir a crisis de ansiedad, insomnio, temblores físicos, y adicción. Así que, cuando no se tome cafeína en estas cantidades y frecuencia, es posible la aparición de irritabilidad, cansancio y sensación de lentitud.
Es muy importante que los niños no tomen cafeína, puesto que los efectos de ésta son mucho mayores en los niños, debido a un menor peso corporal, y pueden producir efectos muy notorios en pequeñas cantidades ingeridas, además de la adicción anteriormente nombrada.
Concentraciones elevadas de ácido fosfórico.
El ácido fosfórico es un aditivo alimentario que se utiliza como conservante con actividad antioxidante, en los refrescos de cola. Aporta acidez al producto y grandes cantidades de fósforo. Presenta los siguientes efectos sobre el cuerpo humano;
- Al tratarse de refrescos con alto contenido en azúcar de rápida absorción, el ácido fosfórico aporta la acidez necesaria para "cortar" el sabor dulce del producto y evitar que vomites. De este modo, se soporta la ingesta del refresco.
- La unión del ácido fosfórico con la mezcla de azúcares refinados, dificulta la absorción de hierro en el organismo.
- Aporta grandes cantidades de fósforo, que presentan un efecto desmineralizante del hueso, ya que evita la absorción de calcio en el organismo. Además, de que por el efecto diurético de la cafeína, se elimina el calcio dietético por orina, impidiendo de nuevo la asimilación del componente principal de nuestros huesos.
- La presencia de azúcares simples con el ácido fosfórico, aumentan el riesgo de caries dental por la mejora de las condiciones de vida propias de las bacterias bucales (ambiente ácido y rico en azúcares).
Además, del contenido en ácido fosfórico, existen otros ácidos en los refrescos de cola, que hacen el producto todavía más ácido, obteniendo un pH más propio de productos desinfectantes y químicos para la limpieza, que de productos alimentarios.
En resumen, los refrescos de cola son perjudiciales para nuestra salud osea, dental, psíquica y/o mental, y cardiovascular. Reduce la formación y densidad de nuestros huesos, estimula de forma exagerada nuestro sistema nervioso, aumentando la frecuencia cardíaca, tensión arterial, situación de ansiedad, etc., y además, aumenta la probabilidad de padecer caries dental, obesidad y diabetes, entre muchas otras afecciones.
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