domingo, 3 de abril de 2016

¿Porqué no consigo saciar mi apetito?

En primer lugar, cabe definir los conceptos de hambre y saciedad. El hambre, o apetito, es el motor que nos hace ingerir alimentos, en su mayoría, de una forma ansiosa. Sin embargo, la saciedad es el concepto totalmente contrario al hambre, que se produce normalmente tras una comida satisfactoria y nos conduce a parar la ingestión alimenticia. 

En el cerebro existe una región denominada hipotálamo, en la que se regula la ingestión de alimentos. El hipotálamo contiene dos centros nerviosos que modulan el consumo de alimentos;
  • Centro de la Saciedad. Es en esta zona del hipotálamo donde se induce un estado de saciedad completa y que conlleva al final de la ingesta.
  • Centro del Hambre. Se encarga de producir la sensación de hambre y necesidad de consumir alimentos, normalmente de una forma ansiosa. 
Pero, ¿cómo se regulan ambos centros, que provocan o interrumpen la sensación de hambre? 

De forma general, el cuerpo humano presenta dos formas de regulación para la ingesta de alimentos. 

Por un lado, la regulación nutritiva se encarga de modular la sensación de hambre o saciedad, mediante la estimación de los nutrientes presentes en el organismo. Es decir, cuando las reservas nutritivas (en sangre, tejido adiposo, tejido muscular, etc.) en el cuerpo disminuyen, existe una mayor activación del centro del hambre, y por tanto una mayor sensación de hambre. De igual modo, ocurre al revés, cuando las reservas nutritivas están llenas, aumenta la sensación de saciedad por mayor activación del centro de saciedad. 

Por otro lado, la regulación alimenticia se encarga de modular la sensación de hambre o saciedad, mediante la ingestión de alimentos, teniendo en cuenta dos factores;
  • El llenado gastrointestinal; produce una distensión del estómago y del intestino, provocando la síntesis de señales nerviosas inhibitorias del centro del hambre, para suprimir su función y disminuir el deseo de comer. 
  • Producción y secreción hormonal, por parte del sistema gastrointestinal. 
¿Cuáles son las principales hormonas que regulan la sensación de hambre?

Destacamos el papel de tres hormonas en la regulación del consumo de alimentos (que no os asusten los nombres :));
  • Grelina. Es la hormona encargada de estimular el centro del hambre, ya que se origina en el estómago, cuando está vacío. 
  • Leptina. Es la hormona encargada de estimular el centro de saciedad. Se origina en el tejido adiposo (reservas de grasa corporal) y disminuye la sensación de saciedad por inhibir la función de la grelina, entre otros efectos. 
  • Colecistoquinina. Se segrega en el intestino delgado, cuando los alimentos llegan desde el estómago, y actúa como señal para finalizar la ingesta de alimentos. 
Como se puede observar, el cuerpo humano presenta un mecanismo muy sofisticado que conecta el cerebro con el aparato digestivo y la grasa corporal, en el que influye un conjunto de hormonas, con diferentes funciones. Si en este sistema existe un desajuste, podría volverse un factor desencadenante de obesidad. Y es que, en algunos estudios científicos, se ha observado una falta de sensibilidad a la leptina en los centros nerviosos de pacientes con obesidad. Aún así, para desarrollar la obesidad deben estar presentes muchos más factores de mayor relevancia como el sedentarismo, malos hábitos alimenticios, dietas altas en grasas y azúcares refinados, etc. 

¿Qué otros factores pueden modular la sensación de hambre?

Existen otros factores externos al organismo y/o estilo de vida que afectan a la regulación de la sensación de hambre o saciedad, como son; las horas de sueño o descanso, la administración de determinados fármacos (como, anticonceptivos o antidepresivos), ingestión elevada de azúcares simples (fáciles de asimilar en el cuerpo), entre otros factores. 

Consejos para mejorar el control sobre la sensación de hambre.
  • Evitar consumo de alimentos ricos en azúcares simples o refinados (bebidas energéticas, zumos, bollería, dulces, chucherías, etc.). Sustituirlos por alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como cereales integrales, frutas frescas, legumbres, etc., que presentan lenta digestión y asimilación, además de gran cantidad de fibra que provoca distensión abdominal, aumentando la sensación de saciedad. 
  • Comer despacio y masticar bien los alimentos. El centro de la saciedad se activa a los 15 o 20 minutos tras empezar a comer; si se come rápido no se da el tiempo necesario para la estimulación y secreción de hormonas pertinente para su activación. 
  • Realizar 5 comidas diarias, con un espacio de 3 a 4 horas entre ellas. No se debe evitar comer, puesto que el centro del hambre se activará con mayor rapidez y ansia. 
Recuerda que aunque tengas mucha hambre, tu cuerpo te pide alimentos saludables; NO elijas alimentos procesados y/o precocinados, bollería industrial, snacks ricos en grasas y/o azúcares simples, por muy rápidos y fáciles de preparar que sean. 


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