jueves, 28 de julio de 2016

¿Qué es el Beikost? Alimentación infantil.

El Beikost se define como la alimentación complementaria del lactante, es decir, engloba a los alimentos diferentes a la leche, materna o artificial, que se introducen, paulatinamente, en la dieta del recién nacido, entre los 0 y 12 meses de edad. 

En general, y sobretodo en padres primerizos, surgen dudas con respecto a la alimentación de su bebé; cuándo comenzar a introducir alimentos, distintos de la leche, en la dieta del lactante, en qué cantidad, en qué orden deben introducirse los diferentes grupos de alimentos, etc. 

Con la siguiente información pretendo explicar, a grandes rasgos, cómo, qué y cuándo introducir los diferentes grupos de alimentos, en función de la edad del bebé. Aún así, si existen dudas más específicas se debe remitir al pediatra o especialista en nutrición infantil, para asegurar una correcta alimentación del niño. 

Consejos generales en la introducción de alimentos en la dieta del bebé
  • Comenzar con la introducción de alimentos, diferentes a la leche, en la dieta del lactante, entre los 4 y 6 meses de edad, ya que el bebé requiere de mayor volumen de leche para satisfacer sus necesidades energéticas y nutritivas. Además, es en esta edad, cuando el sistema digestivo, renal e inmune se encuentran relativamente maduros para digerir y absorber alimentos, y eliminar los desechos propios de la digestión de estos alimentos. 
  • Introducir alimentos en forma triturada o de consistencia pastosa, como papillas o purés, ya que por falta de dentadura no pueden masticar bien los alimentos sólidos, y se aumentaría el riesgo de padecer atragantamientos, además de, dificultar la digestión. 
  • Utilizar alimentos nuevos en cantidades reducidas, y poco a poco, aumentar dichas cantidades, según la tolerancia, y gusto, del bebé. 
  • Introducir los nuevos alimentos de uno en uno, y separar la introducción de uno a otro entre 2 y 3 días, para detectar posibles alergias, y definir la tolerancia y gusto del bebé. Estos alimentos se introducirán en, entre 1 y 3 tomas al día. 
  • Ofrecer agua frecuentemente, pues con la introducción de alimentos en consistencia más sólida, se disminuye el contenido líquido de la dieta. 
  • Evitar la sal y el azúcar, en la medida de los posible, para educar el sentido del sabor del bebé y reducir la posibilidad de formar hábitos dietéticos que favorezcan la obesidad y la caries, en edades futuras.
  • Proporcionar una dieta variada y equilibrada (suficiente en energía y nutrientes) al bebé, una vez haya conocido diferentes alimentos, para motivar su alimentación y evitar el aburrimiento por monotonía.  
Orden de introducción de los nuevos alimentos.
  1. Cereales. A partir de los 4 meses de edad, los cereales aportarán energía e hidratos de carbono a la dieta del bebé. Se introducirán en pequeñas cantidades y sin gluten, al principio, espesando la papilla conforme el bebé se habitúe este nuevo alimento. Si existen antecedentes familiares de intolerancia al gluten, se recomienda introducir cereales con gluten a partir de los 8 y 9 meses de edad. 
  2. Frutas. Se tomarán en forma de puré, para aportar vitaminas, minerales y fibra a la dieta del lactante. Se introducirán de una en una, y se evitarán los zumos (con gran contenido en azúcar) y frutas con "pelo" en la piel, como melocotón, fresas, etc. Las frutas utilizadas, por excelencia, serán la manzana, pera, naranja, plátano, melón, sandía, etc. 
  3. Verduras. También, se tomarán en forma de puré, y se introducirán a partir de los 6 meses de edad. Las verduras de mayor consumo serán la zanahoria, calabaza, apio y calabacín, y se evitarán verduras que produzcan gases (brócoli, col) y verduras con nitratos (espinacas, acelgas, lechuga, remolacha y nabos), que se introducirán a partir del mes 12. Los purés se aderezarán con aceite de oliva y sin sal. 
  4. Carne. Se introduce a partir del séptimo mes, siempre en forma cocida y en cantidades pequeñas, que progresivamente aumentarán, en purés de verduras y patata. Aportará hierro a la dieta del lactante. Las carnes de mayor consumo serán el pollo, ternera, pavo y conejo, y se evitarán carne cazadas con munición de plomo.
  5. Pescado. A partir del mes 9, se introducirá en la dieta del lactante, siempre cocido, el pescado blanco, como la merluza, rape o gallo, también, en cantidades reducidas hasta observar la tolerancia del bebé (posibles alergias). Por lo que respecta al pescado azul, se recomienda introducirlo en el mes 15 y 18; el marisco a los 2 años; y pescados con contenido en mercurio, como el emperador, conservas de atún, etc., a los 3 años de edad. 
  6. Legumbres, huevos, y leche de vaca y sus derivados. Se introducirán a partir del mes 12. Las legumbres se combinarán con verduras y cereales, como el arroz, en purés, por ejemplo. En el caso de los huevos, se introducirá primero la yema, y posteriormente la clara, para evitar posibles reacciones alérgicas, y siempre cocido. Y, por último, en el caso de la leche de vaca y sus derivados, se utilizarán en formas enteras. Todos estos alimentos son de introducción tardía, puesto que presentan dificultad en su digestión, y gran contenido en alérgenos bastante habituales. En esta edad, también se introducirían los frutos secos; nunca en forma entera para evitar atragantamientos. 

lunes, 25 de julio de 2016

¿Conocéis la horchata?

La horchata es una bebida vegetal, característica de la región de Valencia, que presenta un color blanco, similar al de la leche de vaca, y que se consume tradicionalmente durante el verano, puesto que es una bebida muy refrescante, que se sirve fría. 

Se elabora a partir de agua, azúcar y chufa; un tubérculo en forma de avellana, redondo y pequeño, que procede de las raíces de la juncia avellanada. Pero, además, es frecuente la adición de canela o ralladura de la piel del limón, para potenciar el sabor final de esta bebida vegetal. 

Composición nutricional de la Horchata.

Se considera como una bebida muy energética y nutritiva, pues contiene gran cantidad de micronutrientes (vitaminas y minerales), hidratos de carbono, grasas monoinsaturadas y proteínas. 

Por cada 100ml de horchata, obtenemos de 85 a 100 kcal, dependiendo de la adición de azúcares simples para endulzar la bebida final; estas calorías se dividen en;
  • 67% de hidratos de carbono; de los que destaca el almidón, y los azúcares simples, como fuente de energía.
  • 27% de grasas; en su mayoría, grasas monoinsaturadas (también características del aceite de oliva), con efecto de protección cardiovascular. 
  • 6% de proteínas; rica en arginina (aminoácido), que potencia la acción de las defensas inmunitarias de nuestro cuerpo. 
Además, es una bebida muy rica en minerales, sobretodo en potasio y magnesio, ideal para rehidratar el organismo, tras realizar deporte o en épocas muy calurosas, como el verano. También, contiene calcio y fósforo en concentraciones significativas, ideal para el crecimiento, desarrollo y mantenimiento de la densidad ósea, y es baja en sodio, ideal para personas con hipertensión. 

Por otra parte, y como curiosidad, no contiene ni lactosa, ni caseínas (proteínas de la leche de vaca, causantes de reacciones alérgicas), ni gluten, ni colesterol. 

Por tanto, ¿beber horchata es beneficioso para nuestro organismo? 

Sí. La horchata proporciona múltiples beneficios para el organismo;
  • Propiedades digestivas. La horchata es una bebida ligera, de fácil digestión, dada su composición nutricional y por su contenido en enzimas digestivos, que ayudan en la digestión. Además, con un consumo regular y moderado de horchata se evita la distensión abdominal, por acúmulo de gases en el estómago e intestino, y la aparición de flatulencias. Por otra parte, debido a su contenido en almidón, resulta ser una bebida ideal para períodos de diarreas, provocados por infecciones víricas o bacterianas, o tratamientos con antibióticos; promueve el estreñimiento, es anti-diarreica. 
  • Propiedades cardiovasculares. Por su composición nutricional, rica en grasas monoinsaturadas y antioxidantes (vitamina C y vitamina E), disminuye los niveles de triglicéridos, colesterol total y colesterol "malo" (LDL-colesterol) en sangre; reduciendo el riesgo de padecer enfermedades o accidentes cardiovasculares. Pero, además, es una bebida baja en sodio, ideal para regular los niveles de tensión arterial, y rica en arginina, con efecto vasodilatador sobre las arterias y venas corporales. 
  • Propiedades hepáticas y renales. Por su característico aporte bajo en sodio, es ideal en personas con hepatopatías e insuficiencias renales, agudas o crónicas. 
  • Propiedades inmunitarias. Debido a su contenido en arginina, un aminoácido semiesencial, que promueve la proliferación de células inmunitarias, es decir, aumenta las defensas de nuestro organismo, facilita la cicatrización de heridas, y reduce el gasto energético en estados hipercatabólicos (fiebre, traumatismos, quemaduras graves, etc.). 

Por lo que, en resumen, la horchata se considera una bebida ideal para personas con hipertensión (baja en sodio), con niveles de colesterol y triglicéridos en sangre altos (contiene grasas insaturadas, vitamina E y no contienen colesterol), con intolerancia al gluten (sin gluten), con intolerancia a la lactosa o alergia a las caseínas de la leche de vaca (sin lactosa, ni caseínas), vegetarianos y veganos (es una bebida totalmente vegetal), ancianos o personas en desnutrición, deportistas (rehidratación y obtención de energía rápida), niños y embarazadas (contenido en arginina, que ayuda al desarrollo del feto). 

jueves, 21 de julio de 2016

¿Cómo tratar la anemia mediante la dieta?

La anemia es un síntoma propio de una patología hemática, o una manifestación secundaria a otro tipo de enfermedades, caracterizada por un bajo número de glóbulos rojos o hematíes en sangre, o por una disminución de la concentración de hemoglobina sanguínea, por debajo de los niveles considerados normales. 

La principal función de los hematíes o glóbulos rojos es transportar el oxígeno, unido a la hemoglobina, hasta los diferentes tejidos corporales, para su oxigenación. Si una persona padece anemia, es posible que se encuentre cansada y pálida, entre otros síntomas como taquicardia y dificultad respiratoria; todo ello, debido a la mala oxigenación corporal, por falta de glóbulos rojos o de hemoglobina. 

¿Cuáles son las causas de anemia?

Un déficit de glóbulos rojos, y, a su vez, de hemoglobina, puede deberse a la siguientes causas; 
  • Producción insuficiente de hematíes, por; déficit de hierro, aplasias medulares, enfermedades reumáticas, e incluso, enfermedades de insuficiencia renal. 
  • Trastorno en la maduración y desarrollo de los glóbulos rojos en la médula ósea, donde se forman, por; déficit de vitamina B12, déficit de vitamina B9 o ácido fólico, u otras enfermedades hemáticas, como anemias refractarias. 
  • Destrucción o pérdida mayor de hematíes, por; hemorragias graves o continuas, enfermedades autoinmunes que provocan la destrucción masiva de hematíes (hemólisis) y enfermedades hemáticas de herencia genética.
Y, una anemia, ¿puede llevar a complicaciones graves?

Sí. Cuando una persona padece anemia grave, en la que el número de glóbulos rojos y hemoglobina es bastante reducido, no se lleva a cabo, con normalidad, la oxigenación de los tejidos corporales. Esta situación puede desencadenar un un infarto, en los órganos que presenten menor oxigenación. 

Pero, además, en mujeres embarazadas, es importante mantener el número de hematíes y hemoglobina en cantidades normales, puesto que un descenso de estos parámetros puede conducir al desarrollo de bebés pequeños y con bajo peso. 

Y, también, conviene destacar que, en los casos en los que la anemia sea síntoma de hemorragia o sangrado severo, es de vital importancia reincorporar al cuerpo la sangre perdida, con la mayor brevedad posible, para evitar consecuencias muy graves, e incluso la muerte. 

¿Cómo tratar la anemia?

Cada tipo de anemia debe ser tratada en función de la causa que la provoca, es decir, no todas las anemias pueden tratarse del mismo modo. Cada una de ellas presenta un tratamiento específico. 

En el caso de anemia por déficit de nutrientes, tales como hierro, vitamina B12 y ácido fólico, el tratamiento de base corresponde a una dieta rica en el nutriente deficitario, o, en casos de mayor gravedad, se trata al paciente mediante la administración de suplementos alimenticios ricos en el nutriente deficitario. 

Alimentos ricos en hierro
El hierro es un mineral que podemos encontrar en alimentos animales (hierro hemo) y en alimentos vegetales (hierro no hemo), siendo de mayor absorción corporal, el hierro procedente a alimentos animales o hierro hemo. Como alimentos ricos en hierro, encontramos; 
  • Mariscos de concha; almejas, berberechos, mejillones y ostras. 
  • Pescado azul; sardinas, anchoas, y boquerones.
  • Vísceras; hígado de ternera, morcilla de sangre, etc. 
  • Carne roja; ternera, caballo, etc. 
  • Yema de huevo. 
  • Alimentos vegetales, tales como cereales integrales no refinados, legumbres (soja, lentejas), verduras de hoja verde oscuro (espinacas, acelgas), y frutos secos (pistachos, pipas de girasol). 
Para facilitar la absorción de hierro, se recomienda consumir alimentos ricos en hierro junto con alimentos ricos en vitamina C, como kiwi, naranja, limón, etc.

Alimentos ricos en vitamina B12
La vitamina B12 sólo se encuentra en alimentos de origen animal; en el caso de dietas vegetarianas o veganas, debe suplementarse. Los alimentos ricos en esta vitamina son; carne, vísceras, huevos, lácteos y pescado azul. 

Alimentos ricos en ácido fólico
La vitamina B9 o ácido fólico se encuentra, en mayor proporción, en alimentos de origen vegetal, tales como las espinacas o vegetales de hoja verde oscuro, lentejas, frijoles, espárragos, brócoli, naranjas y cítricos, aguacate, y pan integral no refinado. 

lunes, 18 de julio de 2016

Helados, ¿cuál elegir?

Cuando llega el verano, con el calor, solemos adaptar nuestra dieta a las altas temperaturas, sustituyendo alimentos "calientes" por alimentos más refrescantes. De este modo, conseguimos refrescar, desde dentro, nuestro organismo. 

Por ello, un alimento estrella del verano es el helado; dulce, refrescante y muy popular, que es utilizado como tentempié o postre, y que, a su vez, en general, contiene un gran número de calorías, azúcares simples y grasas saturadas (poco saludables). 

Un helado se define como alimento dulce y sabroso, elaborado a partir de la mezcla, batido y congelación de leche o crema con otros alimentos, tales como frutas, chocolate, frutos secos, y otros alimentos o saborizantes, que dan el sabor particular de cada helado, y que se presenta en textura cremosa y semi-sólida. 

¿Qué ingredientes contiene un helado tradicional?

La base de un helado se forma a partir de leche o crema (de mayor contenido en grasa, que se utiliza en la elaboración de mantecados), junto con; 
  • Azúcar, miel o edulcorantes, que aportan sabor dulce.
  • Materia grasa de adición, como nata; las cuales aportan cremosidad y consistencia de helado. Pueden ser grasas de origen animal o grasas de origen vegetal. 
  • Huevos, que facilitan la mezcla homogénea de todos los ingredientes base de muchos tipos de helado. 
  • Agua. 
  • Agregados y decoraciones, como frutos secos triturados, chocolate, frutas desecadas, mermeladas o gelatinas, etc. 
  • Aditivos, que facilitan la conservación del producto, pues mantienen las características organolépticas del helado (sabor, textura, aroma, color, etc.). 
Composición nutricional del helado, a base de leche o crema. 


Composición nutricional del Helado tradicional (por 100 gramos)
Valor calórico
150 – 250 kcal
Proteínas
3 – 3,5 g
Azúcares simples
20 – 24 g
Grasas saturadas
4 – 11 g
Agua
50 – 78 %
Calcio
90 – 150 mg

Aunque la composición nutricional puede variar mucho entre helados de la misma categoría, en general, un helado a base de leche, o crema, es un alimento muy energético, rico en azúcares y grasas saturadas. 

Pero, ¿existe otro tipo de helado que pueda resultar "más saludable", e igualmente, refrescante?

Sí, existen algunos "helados" que se elaboran a partir de hielo y frutas o jugo de frutas, en su mayoría, que se denominan helados de agua, sorbetes o "helados de hielo"

Este tipo de helado se diferencia del helado tradicional en su componente principal; el helado de agua, contiene agua o, mejor dicho, hielo, como componente principal, y ésta se sustituye por leche, o crema, en el helado tradicional. 

Generalmente, los helados de hielo presentan menor contenido calórico, principalmente por la ausencia de grasas y proteínas, por parte de la leche, o crema, que se añade en la elaboración del helado tradicional; y, además, mantienen el efecto refrescante propio de un helado. 

Aún así, en la actualidad, existen gran multitud de variedades de helados, con diferente composición nutricional; helados bajos en grasas, elaborados con leche desnatada, helados bajos en azúcar, elaborados con edulcorantes acalóricos, helados elaborados con grasas vegetales, etc.; que pueden considerarse, también, como más saludables para nuestro organismo. 

En general, y como recomendación de Dietista-Nutricionista, no debemos abusar del consumo de helados, sobretodo de helados con base de leche o crema, puesto que un exceso en el consumo de éstos podría conllevar a un aumento de peso y aumento de grasa corporal. 

En resumen, y por orden de preferencia, según su composición nutricional, de más a menos saludable (considerando más saludable, cuanto menor sea su concentración en grasa y azúcar), se elegirá; 
  1. Sorbete de frutas y hielo.
  2. Helados de agua, con base de frutas y hielo, pero de consistencia más dura, con respecto a los sorbetes. 
  3. Helados con base de leche.
  4. Helados con base de crema, nata o mantecados, de mayor contenido en grasas saturadas. 
Evitar, además, aquellos que contengan frutos secos troceados, helados recubiertos de chocolate, helados con mermeladas o gelatinas endulzadas, etc. puesto que estos adornos aumentan las calorías totales del helado final. 

jueves, 14 de julio de 2016

Enfermedades propias de alteraciones en la Glándula Tiroides

La glándula tiroides es una glándula neuroendocrina, situada en la zona anterior del cuello, detrás de la nuez y sobre la tráquea, formada por dos lóbulos, situados a ambos lados de la traquea, unidos por el istmo; controlada por el hipotálamo y por la glándula pituitaria. 

Es una glándula productora de hormonas, que regulan, principalmente, el metabolismo de los nutrientes en el organismo; concretamente, la hormona tiroxina o T4 (más abundante), y la hormona triyodotironina o T3, se encargan, a grandes rasgos, de regular el metabolismo basal corporal, participar en el crecimiento y desarrollo corporal, y determinar el grado de funcionalidad de distintos órganos y sistemas corporales. 

Ambas hormonas se producen y secretan a partir de la glándula tiroides; en esta glándula, se produce la tiroglobulina, precursora de las hormonas tiroideas T3 y T4, que junto con el yodo (obtenido a partir de la dieta, en forma de yoduro, y almacenado en las células de la propia glándula), forman la estructura final funcional de las hormonas T3 y T4. 

La secreción de dichas hormonas tiroideas funcionales se determina a partir de la concentración sanguínea de éstas, mediante la participación por parte de la Hormona Estimulante de la Tiroides (TSH); que estimula la secreción de hormonas tiroideas, cuando su concentración en sangre es baja. 

¿Qué enfermedades son consecuencia de la alteración de la glándula tiroides?

Principalmente, una alteración en la tiroides puede clasificarse en un aumento o un defecto en la producción o secreción de las hormonas tiroideas, por distintas causas;
  • Enfermedad autoinmune, en la que el propio organismo destruye las células productoras y secretoras de hormonas tiroideas. 
  • Extirpación parcial o total de la glándula tiroides. 
  • Presencia de una inflamación o tumor en las glándulas tiroides. 
  • Administración de fármacos antitiroideos o estimulantes de la tiroides, tratamiento con litio o alteración en la administración de yodo al cuerpo (falta o exceso). 
Entre otras causas. 

Por ello, identificamos cómo enfermedades, consecuencia de la alteración de la glándula tiroides, al hipotiroidismo (déficit en la funcionalidad de la glándula tiroides) y el hipertiroidismo (exceso de la actividad y función de la glándula tiroides). 

El hipertiroidismo se caracteriza por la presencia de un cuadro clínico específico, como consecuencia del aumento de actividad tiroidea, que se origina debido al aumento de la producción y de la concentración sanguínea de las hormonas tiroideas. 

En cambio, el hipotiroidismo se caracteriza por la presencia de un cuadro clínico particular, referido a la disminución de la actividad de las glándulas tiroideas, que se produce por baja producción y concentración de hormonas tiroideas en sangre. 

Tabla de síntomas y características propias de los pacientes con hipotiroidismo e hipertiroidismo. 

Hipotiroidismo
Hipertiroidismo
Cansancio
Nerviosismo, insomnio y palpitaciones
Intolerancia al frío
Cansancio físico
Apatía e indiferencia
Sudoración y mala tolerancia a el calor
Piel seca, y cabello seco y quebradizo
Temblor en manos
Aumento de peso
Pérdida de peso
Tendencia a la retención de líquidos
Diarreas
¿Cuál es el tratamiento de ambas enfermedades?

Con frecuencia, y de forma más común, se utilizan fármacos, de administración diaria, para corregir los niveles de hormonas tiroideas; para casos de hipertiroidismo se administran fármacos que inhiben la producción de hormonas tiroideas, mientras que para el hipotiroidismo se administran, directamente, las hormonas tiroideas (en su mayoría, tiroxina), para conseguir la dosis de hormonas tiroideas necesaria por día. 

Aún así existen otros tratamientos para ambas enfermedades. La elección de uno u otro, deberá ser tomada por el médico especialista o endocrino, según las características de cada paciente. 

¿Cómo puede influir la alimentación en los pacientes de enfermedades tiroideas?

Tanto en los casos de hipotiroidismo, como en los casos de hipertiroidismo, la alimentación juega un papel fundamental. 

En los casos de hipertiroidismo, como existe una mayor concentración sanguínea de hormonas tiroideas, que provoca, entre otros efectos, un catabolismo en el organismo, con pérdida de peso y de masa muscular, es de vital importancia mantener una dieta ligeramente hipercalórica (alta en calorías) (*según las características del paciente se determinará el exceso calórico de la dieta), y asegurar el aporte proteico. Algunos trucos para evitar la perdida de peso, pueden ser; adicción de frutos secos al yogur o a las ensaladas, adición de azúcar o miel a la leche y yogures, elaborar batidos con lácteos, frutas, endulzantes y frutos secos, etc. 

Sin embargo, en los casos de hipotiroidismo, que se caracterizan por el aumento de peso corporal, se recomienda una dieta equilibrada y variada, suficiente en calorías y nutrientes; rica en verduras, frutas, cereales y granos integrales, pescado, carnes magras y agua. Se precisa del aumento de la actividad física, del uso de técnicas culinarias bajas en grasas (vapor, horno, plancha, hervido) y de evitar alimentos ricos en azúcares y grasas (bollería, dulces, productos de repostería, embutidos, frituras, salsas, etc.). 

lunes, 11 de julio de 2016

Leches vegetales, ¿qué son?, ¿para quién son?, y ¿qué contienen?

Las bebidas vegetales, o comúnmente denominadas "leches" vegetales,  se definen como, bebidas a base de productos vegetales (frutos secos, cereales, legumbres o semillas) y agua, con aspecto similar a la leche de vaca. 

En la actualidad, el consumo de "leches" vegetales ha aumentado con respecto a años pasados, por mayor accesibilidad y mejor precio de este tipo de bebidas en los supermercados comunes, de nuestro entorno. Además, de ello, también, es mayor el conocimiento sobre la composición nutricional y ciertos beneficios que aportan este tipo de bebidas, comparadas con la leche de vaca, tradicional en nuestra alimentación. 

¿Qué contienen las bebidas vegetales?

Las "leches" vegetales, en su mayoría, presentan una composición similar a la leche de vaca, en cuanto a proteínas, grasas, calcio y agua (aunque existen diferencias entre ellas). Pero, se caracterizan y diferencian de la leche de vaca, principalmente, en que; 
  • No contienen lactosa. 
  • No contienen colesterol. 
  • Contienen mayor proporción de grasas insaturadas (saludables), que de grasas saturadas (no-saludables), características de la leche de vaca. 
Por ello, se caracterizan por menor contenido calórico (en su mayoría, y con respecto a la leche de vaca entera), y mayor digestibilidad, es decir, son más fáciles de digerir, haciéndolas, en resumen, más "ligeras". 

Además, son ricas en vitaminas del grupo B (salvo en vitamina B12, presente tan sólo en alimentos de origen animal), y presentan buena relación de sodio y potasio. 

Entonces, ¿para qué personas están pensadas las bebidas vegetales?

Cualquier tipo de persona puede consumir "leches" vegetales. 
Pero, éstas están específicamente pensadas para personas con intolerancia a la lactosa, con alergia a las proteínas de la leche de vaca, personas veganas o vegetarianas estrictas (que no consumen ningún alimentos de origen animal o que provenga de animales, como la leche, los huevos o la miel), personas con hipercolesterolemia (niveles de colesterol sanguíneo elevados), entre otras muchos tipos de personas. 

Y, ¿existen diferentes tipos de bebidas vegetales? ¿cuáles son los más conocidos?

Existen multitud de bebidas vegetales, y normalmente, todas ellas provienen de cereales, legumbres, frutos secos o semillas. De todas ellas, la más conocida, probablemente sea la bebida o "leche" de soja. Aún así, aquí os dejos algunos otros ejemplos de bebidas vegetales;
  • Bebidas a base de cereales; leche de arroz o leche de avena. Son las más conocidas, de las "leches" vegetales a base de cereales, y de ellas destaca el aporte de fibra e hidratos de carbono, la mayoría azúcares simples. Es conveniente destacar que, la leche de arroz, suele presentar menor contenido en calcio. 
  • Bebidas a base de legumbres; leche de soja o leche de cacahuete. De estos tipos de bebidas vegetales a base de legumbres podemos destacar un mayor contenido en proteínas. 
  • Bebidas a base de frutos secos; leche de almendra o leche de avellana, que se caracterizan por presentar gran contenido de grasas insaturadas (saludables), beneficiosas para el sistema cardiovascular. Aunque, suelen resultar más calóricas. 
  • Bebidas a base de semillas; leche de cáñamo, leche de semillas de girasol, leche de semillas de sésamo, etc. Son menos conocidas, pero también muy nutritivas. 
Sin embargo, también, podemos encontrar en el mercado "leches" vegetales a base de frutas, como por ejemplo, la leche de coco, rica en grasas saturadas (no-saludables), considerándose en un principio como la bebida vegetal menos saludable. 


Con toda esta información, y por mi experiencia como Dietista-Nutricionista, paso a aclarar las siguientes dudas que surgen en la población general acerca de las bebidas vegetales; 
  1. Si las bebidas vegetales no contienen lactosa, que es el azúcar de la leche, entonces ¿no tienen azúcar?. NO, sí tienen azúcar, e incluso muchas de las bebidas vegetales son endulzadas para dar un sabor agradable al producto final. Siempre debemos leer atentamente el etiquetado para asegurar que un producto contenga o no azúcar.
  2. Si consumimos tan sólo estas bebidas vegetales, que no contienen lactosa, encargada de facilitar la absorción de calcio, entonces ¿no absorbemos suficiente calcio?. Es cierto que absorbemos en menor medida el calcio, pero existen muchas alternativas; podemos consumir calcio a partir de otras fuentes alimentarias como yogures, pescado azul, etc.; o tomar bebidas vegetales enriquecidas con calcio; o aumentar el consumo de elementos nutritivos que facilitan la absorción del calcio, como la vitamina D, por ingestión o por formación endógena (propia de nuestro organismo), al tomar el sol, entre otras opciones. 
  3. Si las bebidas vegetales no contienen colesterol y presentan bajo porcentaje de grasas saturadas (no-saludables), ¿son beneficiosas para personas con patologías cardiovasculares? SÍ. Las bebidas vegetales ayudan a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares por su composición en grasas. 
  4. ¿Cómo son vegetales, no engordan?. Es cierto que contienen menor valor calórico, en relación con la leche de vaca entera, pero no por su denominación VEGETAL, son acalóricas; ya que provienen de alimentos vegetales ricos en calorías, como los cereales, legumbres y los frutos secos. Es conveniente, siempre, leer el etiquetado nutricional y comparar la composición nutricional de los alimentos, para en el caso de querer perder peso, elegir el alimento de menor calorías y mejor composición nutricional. 

Mi consejo, como Dietista-Nutricionista, es que no sustituyáis la una por la otra, sino que utilicéis ambas formas de bebidas, leche de vaca y "leches" vegetales, en vuestra alimentación y cocina diaria. De este modo, aprovecharemos los nutrientes de ambos alimentos. Siempre que, la leche de vaca no esté contraindicada por enfermedad o por condición alimentaria. 

jueves, 7 de julio de 2016

Tips para una alimentación saludable

¿Qué consideramos como alimentación saludable?

La alimentación se define como la acción voluntaria de nutrir nuestro organismo mediante la ingestión de alimentos y bebidas. Para hacerlo de una forma saludable, necesitamos conocer qué alimentos nos hacen bien, mejoran o conservan nuestra salud, y nos aportan la energía y nutrientes necesarios para realizar todas nuestras funciones vitales y actividades cotidianas; y qué alimentos nos pueden hacer mal. Pero, no queda ahí la cosa, también necesitamos conocer y aplicar ciertas pautas a la hora de comer, y en nuestro estilo de vida. 

En las siguientes líneas, os mostraré algunos consejos o trucos, para llevar una alimentación saludable; 
  1. Alimentación variada, equilibrada y salubre. La alimentación debe ser variada para obtener todos los nutrientes necesarios, puesto que no existe un único alimento que los contenga todos en cantidades suficientes para nuestro organismo; debe ser equilibrada, puesto que debe ser suficiente para cubrir las necesidades nutritivas de cada individuo (ni escasa, ni excesiva); y, además, salubre, ya que los alimentos deben estar en perfecto estado antes de su consumo, nunca deteriorados. 
  2. La base de la alimentación deben ser los alimentos ricos en hidratos de carbono. A partir de los hidratos de carbono obtenemos toda la energía necesaria para realizar nuestras actividades diarias, y mantener la glucemia (azúcar en sangre). Es preferible un consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, como son el pan integral, cereales integrales, muesli, avena, pasta, arroz, legumbres, etc., para evitar picos de azúcar en sangre y obtener la mayor cantidad de fibra posible. 
  3. Consumo elevado de verduras y frutas. Nos aportan gran cantidad de vitaminas y minerales, vitales para realizar nuestras funciones corporales; además de fibra, para evitar el estreñimiento. Es preferible un consumo de estos alimentos en forma cruda, pues durante la cocción es posible la perdida de vitaminas y minerales propios del alimento. 
  4. Consumir de dos a cuatro raciones diarias de lácteos desnatados. De este modo, cubrimos las necesidades diarias de calcio para mantener nuestros huesos y dientes fuertes. 
  5. Prefiera el pescado a la carne. Son dos grupos de alimentos ricos en proteínas, que se diferencian en la composición de grasa. Concretamente, el pescado contiene grasas saludables (insaturadas), mientras que la carne contiene grasas no-saludables (saturadas); por lo que, podemos establecer como recomendación que, por cada 2 raciones de pescado semanales podemos tomar 1 ración de carne (preferiblemente, magra o baja en grasas).  
  6. Agua, como bebida principal de la dieta. Nos mantiene hidratados y ayuda a depurar el organismo. 
  7. Horario regular de la comidas. Se recomienda comer entre 5 y 6 veces al día; desayuno, almuerzo, comida, merienda, cena y resopón (este último opcional), en las que las raciones se consideren moderadas, nunca excesivas, para evitar digestiones más pesadas. De este modo, regulamos la glucemia durante todo el día, y evitamos picos de azúcar en sangre; además, de regular la sensación de hambre y saciedad.
  8. Aderezar con aceite de oliva virgen, rico en grasas monoinsaturadas (saludables) y antioxidantes; especias y hierbas aromáticas. Evitar el consumo excesivo de sal. 
  9. Realizar ejercicio físico regularmente, de una forma moderada. 
  10. Descansar y dormir, al menos 8 horas diarias.
  11. Utilizar técnicas culinarias o formas de cocinar los alimentos, más saludables, como son; al horno, a la plancha, al vapor, hervido, etc. En resumen, todas aquellas que eviten la adición de gran cantidad de grasa para cocinar el alimento. 
  12. Comer sentado y masticar conscientemente. ¡Date tiempo para comer, y disfrútalo! 
  13. Evitar el consumo de; alimentos azucarados (zumos industriales, bebidas azucaradas, bollería y productos de repostería), alimentos grasos (embutidos, fritos, lácteos enteros o grasos, bollería y productos de repostería), bebidas azucaradas o con gas, bebidas alcohólicas, y alimentos precocinados, preparados o procesados (fiambres, embutidos, platos precocinados), y conservas. 

Con estas recomendaciones se obtendrá un estado de salud óptimo. Y es que, esforzarte para conseguir una alimentación y estilo de vida saludable, es la mejor inversión que puedes hacer para tu cuerpo y para tu mente. 

lunes, 4 de julio de 2016

Tipos de Diabetes más comunes

La Diabetes Mellitus, como se explicó en un post anterior, se define como un grupo de enfermedades metabólicas, que se caracterizan por presentar niveles altos de azúcar en sangre (glucemia), por problemas en la secreción o funcionalidad de la insulina (hormona reguladora del azúcar en sangre). 

Unos niveles de glucemia altos (hiperglucemia), durante un largo período de tiempo, implica la aparición de enfermedades por insuficiencia o disfunción de ciertos órganos como los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos. 

¿Qué enfermedades engloba la palabra Diabetes Mellitus?

Todas aquellas que se caractericen por presentar niveles altos de azúcar en sangre, producidos por un defecto en la secreción o acción de la hormona insulina. Dentro de estas patologías, encontramos tres tipos, como las formas de Diabetes Mellitus más comunes, en nuestra sociedad;
  • Diabetes Mellitus tipo I. 
  • Diabetes Mellitus tipo II. 
  • Diabetes Gestacional. 
Aunque, existen otros tipos de diabetes; como por ejemplo, algunas formas de diabetes provocadas por la extirpación del páncreas (órgano productor y secretor de insulina), o diabetes provocadas por la administración de fármacos, u otras, producidas por enfermedades propias del paciente o por alteraciones genéticas. 

*Recordatorio: Cabe destacar que, todas las siguientes formas de diabetes, presentan como síntomas característicos y, en parte, diagnósticos, lo que se denomina como las tres P; polidipsia (aumento de la sensación de sed), poliuria (aumento de las ganas de orinar y en la cantidad de orina), y polifagia (aumento de la sensación de hambre). 

Por un lado, la Diabetes Mellitus tipo I es una enfermedad de tipo autoinmune, es decir, las propias células del organismo atacan y destruyen las células productoras y secretoras de insulina, del páncreas. Por lo que, este tipo de diabetes se caracteriza por la ausencia de insulina en sangre, que pueda regular los niveles de azúcar. 
Se dice, que los pacientes de Diabetes Mellitus tipo I, son personas insulino-dependientes, ya que precisan de la administración regular, o contínua, de dosis de insulina, externa a su organismo, que les permita regular la glucemia. Las dosis de insulina son pautadas por el médico o endocrino propio de cada paciente, en función de la dieta y estilo de vida propio del paciente (alimentación, deporte, trabajo, horas de sueño, etc.). 
Normalmente, este tipo de diabetes, suele aparecer en edades tempranas, entre la infancia y principios de la adolescencia, y, en general, en niños y niñas con bajo peso, cambios de humor bruscos, visión borrosa, principios de insomnio, etc. 

Por otro lado, la Diabetes Mellitus tipo II es una enfermedad no insulino-dependiente, ya que el paciente si posee la capacidad de producir y secretar insulina, pero lo hace de forma "insuficiente", es decir, el paciente presenta una resistencia a la acción de la insulina. Si bien es cierto que, en ocasiones, una persona con Diabetes Mellitus tipo II, puede presentar un tratamiento con insulina exógena (externa), pues la resistencia es tan grande, que es necesaria la administración de más cantidad de insulina para que se pueda regular la glucemia. 
Es una enfermedad característica de personas adultas, con sobrepeso grave u obesidad, que suele aparecer junto con otras enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, hipercolesterolemia, etc. 
Las causas de esta enfermedad son muy diversas, pero es cierto que las personas con antecedentes de diabetes tipo II, en familiares directos, presentan mayor probabilidad de padecer esta patología; más aún, si se suman factores como, una mala alimentación (rica en azúcares, grasas no-saludables, con horario irregular, etc.), e inadecuado estilo de vida (sedentarismo, tabaquismo, etc.). 
Es posible que, con un cambio de estilo de vida y alimentación más saludable (práctica de ejercicio físico regular y moderado, reducir o mantener el peso corporal en valores establecidos como normales según la altura del paciente, aumentar el consumo de verduras y frutas, agua como bebida principal, reducir o eliminar de la dieta los productos de bollería, azúcares simples, etc.), los niveles de glucemia disminuyan hasta valores normales. Con lo que, el médico responsable podría detener o moderar la administración de fármacos reguladores de la glucemia, propios de esta patología. 

Y, por último, la Diabetes Gestacional es un tipo de diabetes inducida por el propio período del embarazo. Aunque su causa no es bien conocida, se cree que, durante el embarazo, por el propio cambio hormonal, nuestro cuerpo presenta cierta resistencia a la insulina. 
Este tipo de diabetes, si no es bien controlada puede causar, tanto problemas en el bebé, como en la madre, como por ejemplo; peso y tamaño desproporcionado del bebé al nacer, mayor probabilidad de desarrollo de obesidad y diabetes tipo II en edad adulta por parte del bebé, mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo II en edades más avanzadas por parte de la madre, entre otras muchas afecciones. 
Este tipo de diabetes suele producirse en embarazadas con sobrepeso u obesidad, embarazos tras los 30 años de edad, tabaquismo, etc. Y, generalmente, concluye a los pocos días tras el parto.
Para su tratamiento, las mujeres embarazadas deben controlar su alimentación (aumentar el consumo de verduras y frutas, controlar los azúcares y las grasas, asegurar de dos a cuatro raciones de lácteos al día), el horario de comidas, mantenerse activas (caminar mínimo media hora diaria), entre otras recomendaciones. En resumen, mantener una alimentación y estilo de vida saludable.