Cuando nos hacemos un análisis de sangre, al obtener los resultados, en muchas ocasiones, no entendemos que quieren decir; si los resultados están por encima o por debajo de los valores considerados como normales, y si están alterados qué consecuencias pueden acarrear, o cómo podemos normalizarlos, etc. Necesitamos que nuestro médico o especialista nos "traduzcan" que significan dichos valores obtenidos, y cómo solucionarlo, según las alteraciones que aparezcan.
En este post, trataré de explicar valores que pueden verse alterados en una analítica, y que, posiblemente, estén relacionados directamente con la alimentación.
Número de hematíes (RBC)
Los glóbulos rojos o hematíes se encargan de transportar el oxígeno y la hemoglobina a los diferentes tejidos corporales. Mediante el valor del número de hematíes, en una analítica, podemos identificar si el paciente padece anemia, por déficit de hierro, entre otras causas; sangrado excesivo, enfermedades de médula ósea, o destrucción acelerada y excesiva de hematíes por distintas patologías.
Un valor normal de hematíes se encuentra entre 4,3 y 5,9 millones de hematíes por cada mililitro de sangre.
- Una cifra por encima de los valores normales indica insuficiencia respiratoria y tabaquismo crónico; e incluso puede ser frecuente en personas que viven en zonas de montaña altas.
- Una cifra por debajo de los valores normales indica anemia.
Hemoglobina (HGB)
Es la proteína que transportan los glóbulos rojos en su interior, junto con el oxígeno. Un valor normal de hemoglobina varía entre 12,5 y 17 gramos de hemoglobina por litro de sangre. Si existe cualquier alteración por exceso o por defecto, se indicarán las mismas patologías o situaciones fisiológicas que denotaban el recuento de número de hematíes. Por tanto, es útil para diagnosticar anemia.
Tan sólo existe una situación en la que el número de hematíes y la hemoglobina no casan, y es cuando la persona padece talasemia (enfermedad en los glóbulos rojos).
Otros parámetros sanguíneos, como el Volumen Corpuscular Medio, la Hemoglobina Corpuscular Media, o el número de Plaquetas, también pueden indicar anemia, por déficit de hierro, vitamina B12 o ácido fólico, entre otras patologías; hepatopatías, alcoholismo crónico, talasemia, infecciones, hemorragias, etc.
En el caso de padecer anemia por déficit de hierro (forma de anemia más común en nuestra sociedad), la recomendación principal es aumentar la ingesta de hierro, mediante alimentos (berberechos, mejillones, carnes rojas sin la grasa visible, lentejas) o mediante suplementos, en los casos más acusados; y acompañarlos con alimentos ricos en vitamina C, como kiwi, naranja, limón, etc.
Glucosa
Indica la cantidad de azúcar que circula por la sangre, en ayunas. Un valor normal de glucemia en ayunas oscila entre 70 y 110 miligramos de glucosa por decilitro de sangre.
- Un valor por encima del valor normal es un signo identificativo de prediabetes o diabetes; enfermedad caracterizada por un estado de hiperglucemia o azúcar elevado en sangre, permanente. Aunque, con tan sólo dicho indicador no podemos diagnosticar la diabetes. Se necesitará un análisis específico del valor de Hemoglobina glicosilada, que calcula la media de azúcar en sangre de 3 meses; ya que la glucemia puede verse alterada de forma puntual por la administración de corticoides, enfermedades que aumentan los niveles de corticoides, o infecciones graves, entre otros factores.
- Un valor por debajo del valor normal indica ayuno prolongado, exceso de medicación para la diabetes o presencia de tumores.
En el caso de padecer diabetes se debe mantener una dieta equilibrada, lo más parecida posible a la Dieta Mediterránea; evitar el consumo de azúcares simples, mantener un peso corporal saludable, realizar ejercicio físico; y controlar los niveles de azúcar, tomar medicación o administrar la insulina, según la pauta del médico.
Colesterol total, triglicéridos, colesterol HDL y colesterol LDL
Todos estos parámetros son las "grasas" que viajan por nuestro torrente sanguíneo.
- Valor normal de colesterol total; por debajo de 200 miligramos de colesterol por decilitro de sangre.
- Valor normal de triglicéridos; entre 70 y 200 miligramos de triglicéridos por decilitro de sangre.
- Valor normal de colesterol HDL o "colesterol bueno"; entre 40 y 80 miligramos de HDL por decilitro de sangre.
- Valor normal de colesterol LDL o "colesterol malo"; entre 35 y 180 miligramos de LDL por decilitro de sangre.
Cualquier alteración en estos cuatro valores diagnostica una dislipemia (alteración de uno o varios parámetros de "grasas" sanguíneas), por exceso de grasa (hiperlipemia, es la forma más común de dislipemia); pero también por una determinada situación fisiológica (embarazo o lactancia), medicación, alcoholismo crónico, etc. Todas ellas conllevan a un mayor riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares.
En el caso de padecer una hiperlipemia, es decir, colesterol total alto, triglicéridos altos o colesterol LDL alto, se recomienda evitar la bollería industrial, los azúcares refinados, platos precocinados, fritos, patatas chips y otros alimentos grasos; como el bacon, embutidos, carnes rojas, quesos curados, lácteos enteros, mantequilla y nata. La alimentación debe ser rica en verduras, frutas, cereales integrales, carnes y pescados magros, frutos secos y aceite de oliva.
Creatinina y urea (urato)
Son dos parámetros que se encargan de indicar alteraciones en la función renal, el grado de deshidratación corporal y la masa muscular de un individuo.
- Valor normal de creatinina; entre 0,6 y 1,2 miligramos por decilitro de sangre. Un valor elevado denota deshidratación, mala función de riñones o demasiada musculación. Mientras que un valor bajo indica pérdida de masa muscular por desnutrición.
- Valor normal de urea; entre 10 y 40 miligramos por decilitro de sangre. Un valor alto denota deshidratación, demasiada masa muscular, insuficiencia renal, o sangrado digestivo. Mientras que un valor bajo indica baja masa muscular.
Es conveniente acudir a un nutricionista, en el caso de padecer insuficiencia renal, para establecer una pauta dietética concreta, especial para cada individuo. Mientras que en el caso de deshidratación y/o desnutrición, lo conveniente es nutrir de nuevo, mediante alimentación oral o enteral (por sonda, mediante preparados nutricionales), para evitar posibles complicaciones futuras (mala o insuficiente función orgánica, desmineralización huesos, etc.).
Os adjunto una página web dónde podréis encontrar la interpretación de un análisis de sangre, casi completo, en la que se describen otros parámetros de interés, que indican otras patologías, que no están tan directamente relacionadas con la alimentación.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/especiales/2005/05/analisis_sangre/index.html
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