lunes, 20 de junio de 2016

Básicos para escribir la lista de la compra

Pocas familias de nuestro entorno actual, tienen por hábito escribir la lista de la compra, normalmente, por falta de tiempo o costumbre. 

Pero, ésta, nos aporta grandes beneficios, tanto para la salud como para el bolsillo, entre otras ventajas; ya que, con ella evitamos comprar productos innecesarios, en nuestra cocina, ahorrando en salud, dinero y, en muchas ocasiones, tiempo, puesto que compramos lo necesario, sin perder el tiempo recorriendo los pasillos del supermercado, pensando que nos puede faltar en nuestra despensa. 

Y, ¿cómo podemos hacerlo, de una forma sencilla, correcta y saludable?

En primer lugar, debemos planificar el menú semanal, para contemplar qué alimentos son necesarios esta semana en nuestra cocina, según qué es lo que vamos a comer. Para ello, utilizaremos unas normas básicas;
  • Para planificar y elaborar el menú, se recomienda utilizar el Método del Plato; en el que, se establece que, la mitad plato principal debe contener verduras, un cuarto restante debe contener alimentos ricos en hidratos de carbono (arroz, pasta, legumbres), y el cuarto restante del plato debe contener alimentos ricos en proteínas (carne, pescado, huevo). Este truco es aplicable a comidas y cenas. Para desayunos, almuerzos y meriendas, es conveniente asegurar un consumo de productos lácteos desnatados no-azucarados, cereales integrales y fruta. 
  • El menú semanal debe ser variado y saludable (bajo en grasas, azúcares y sal). Por ello, no deben faltar; productos frescos, como carnes magras, pescado, frutas, verduras y hortalizas; evitando alimentos precocinados y procesados, como sopas, conservas, bollería, rosquilletas, galletas, etc. 
Sería interesante que, además, participaran todos los miembros de la familia en la confección del menú semanal, para tener en cuenta las preferencias alimenticias de todos los componentes de la familia. De este modo, a su vez, conseguimos educar y concienciar a todos los miembros de la familia sobre la importancia de la alimentación, variada y equilibrada (muy importante en niños). 

En segundo lugar, debemos revisar nuestra despensa, frigorífico y congelador, para contemplar que alimentos nos faltan y debemos reponer, y conocer que alimentos ya tenemos. De este modo, conseguimos ahorrar en la compra y, asegurar el consumo y uso de los alimentos que tienen fechas de caducidad más tempranas. 

Y, por último, tras realizar los pasos anteriores, podemos proceder a escribir nuestra lista de la compra, anotando qué alimentos nos hacen falta y en qué cantidades, teniendo en cuenta, cuándo vamos a comer fuera de casa y cuántos comensales van a comer. 

Una vez en el supermercado, ¿qué normas podemos utilizar para realizar la compra de una forma más efectiva?

Se recomienda seguir un orden específico de compra, es decir, qué alimentos añadir al carrito primero y cuáles dejar para el final. Es sencillo y lógico;
  1. Alimentos que no necesitan frío, como conservas, pasta, arroz, azúcar, sal, aceite, galletas, etc. 
  2. Alimentos que no necesitan frío, pero son más perecederos que los anteriores, como son las frutas, verduras y hortalizas. 
  3. Alimentos refrigerados o fríos, como la carne, el pescado, los yogures, etc. 
  4. Alimentos congelados. 
Pero, además, es importante leer el etiquetado nutricional, fijándonos bien en el contenido de grasas, azúcares y sal de los alimentos, para elegir los de mejor composición nutricional; revisar las fechas de caducidad, sobretodo de los alimentos lácteos, huevos y productos de panadería; y, elegir y preferir alimentos de temporada, adaptando el menú semanal a éstos. 

Y por último, y no menos importante, es muy útil ir a la compra con tiempo, para poder comparar la calidad y el precio de los alimentos; y comprar con el estómago lleno, pues si tenemos hambre es más probable comprar alimentos innecesarios y "perjudiciales" para nuestra salud. 

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