lunes, 19 de diciembre de 2016

Excesos en Navidad

Se acercan las fechas navideñas, en las que, por norma "casi" general, se hacen excesos en cuanto a comida y bebida; alimentos grasos, dulces, bebidas alcohólicas, bebidas gaseosas o espumosas, etc.


Todo ello, conduce a una posible aparición de un malestar digestivo, flatulencias, cambios en el ritmo intestinal, y otras dolencias gastrointestinales, bastante molestas. 

E, incluso se pueden acrecentar los síntomas de otras patologías que ya presenta la propia persona, como enfermedades cardiovasculares (diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, etc.) y otras patologías, como úlceras gástricas, hemorroides, colon irritable, gastritis, etc. 

A fin de evitar todas estas consecuencias, os recomiendo las siguientes pautas de alimentación y estilo de vida, que deben permanecer durante la época de la Navidad: 
  • No cambies tus hábitos de alimentación y ejercicio físico, habituales. Es recomendable mantener el horario regular de las comidas, así como su cantidad (reserva los excesos para las fechas más señaladas), y conservar la práctica habitual de ejercicio físico.
  • Compensa las calorías extra de las comidas navideñas. Una buena forma de compensar dichas calorías extra, es la práctica de 30 minutos de ejercicio físico, de más, durante toda la época navideña. Nunca te saltes ninguna toma o comida, para compensar otra toma. 
  • Planifica con anterioridad el menú, y escribe la lista de la compra. Con ello, se podrá decidir más conscientemente el número de calorías del menú, además de proponer platos ligeros como entrantes, si el plato principal es graso o excesivo. El objetivo de redactar la lista de la compra es evitar las sobras o restos de comida, que puedan estropearse o consumirse más tarde (picoteo, o exceso de comida, innecesario, en otras tomas). 
  • Evita picar mientras se prepara la comida. Resérvate para la comida en sí. 
  • No dejes de comer frutas y verduras. Planifica el menú, teniendo en cuenta la presencia de verduras y frutas en él, como guarniciones del plato principal, entrantes ligeros, postres (frescos, o dulces; si se utilizan frutas horneadas, como manzanas), etc. 
  • Controla el consumo de bebidas alcohólicas. Las bebidas alcohólicas son una fuente de calorías vacías, que no aportan nutrientes a nuestro organismo, y aumentan el valor calórico de la comida, de forma innecesaria. Además, muchas de ellas son gaseosas o espumosas, lo que produce flatulencias o distensión abdominal, junto con malestar digestivo. 
  • Sustituye las salsas industriales por salsas caseras. En la elaboración de las salsas caseras, se recomienda reducir al máximo la cantidad de grasa (utilizar yogur o leche desnatada, por ejemplo). Más beneficioso resulta, aún, la sustitución de salsas por aderezos bajos en calorías, como vinagres, jugo de limón o naranja, y hierbas aromáticas o especias. 
  • Elabora postres caseros. En la elaboración de postres caseros, se recomienda el uso de edulcorantes acalóricos, a fin de eliminar el azúcar, y disminuir la cantidad de grasa, o sustituirla por grasa más saludable (aceite de oliva, en lugar de grasas animales, aceite de palma o aceite de coco). 
  • "De todo, pero poco". En el caso de que se desee comer de todo lo que hay sobre la mesa, es recomendable servirse en el propio plato, raciones pequeñas (utilizar plato de postre), y evitar repetir.  

lunes, 12 de diciembre de 2016

¿Qué es la Ortorexia?

En resumen, la Ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria, que se caracteriza por la obsesión grave de comer sano. 

El prefijo "Orto", proviene del griego, y significa correcto, lo que define expresamente el perfeccionismo de las personas con ortorexia, que se encargan de eliminar cualquier alimento de su dieta, que consideren como "no saludable". Por ello, se dice que la ortorexia se asemeja a la anorexia, en cuanto a esta característica. 

Pero, si los profesionales sanitarios nos recomiendan, continuamente, que debemos comer sano, ¿por qué la ortorexia se considera un problema de salud? suena contradictorio, ¿verdad?

Sí, es bien cierto que, en un principio, suena bastante contradictorio. Sin embargo, la problemática del asunto viene dada por la obsesión enfermiza de las personas con ortorexia, de no consumir ningún alimento que a su juicio sea "no saludable". 

Cualquier tipo de obsesión, es considerada como un problema de salud, pues en la mayoría de ocasiones, conduce a consecuencias indeseadas, en algunos casos, bastante graves. 

Así que, aunque es cierto que debemos cuidar nuestra alimentación, nunca debemos llegar al punto de "perfeccionarla" con tanto ahínco, y eliminar de ésta todo aquello que es considerado como poco saludable, por su composición nutricional, por su elaboración o por su conservación. Simplemente, estos alimentos deberán ser de consumo ocasional. 

Características de las personas con ortorexia

Dado que se trata de un trastorno psicológico, se citarán las características psicológicas de las personas con ortorexia. 

Las personas con ortorexia se caracterizan por estar, continuamente, preocupados por su alimentación, que deberá ser "pura y de calidad", es decir, libre de sustancias químicas artificiales y reducida en nutrientes "poco saludables" (a su entender) como la sal, las grasas, la lactosa, etc. 

Es frecuente, además, que se auto-impongan reglas, a la hora de comer y elegir sus alimentos, como por ejemplo; "eliminar los azúcares simples de la dieta", "sólo tomar alimentos ecológicos", etc. Todo ello, con el objetivo de comer, realmente, sano (según ellos). Y, si, en algún momento, se saltan estas reglas auto-impuestas, presentan un sentimiento de culpa severo

Otro rasgo importante de las personas con ortorexia, que los diferencia de otros trastornos de la conducta alimentaria, es que no esconden su forma de alimentación, pues se sienten orgullosos de ésta, y, además, es frecuente un sentimiento de superioridad frente a los demás, por dicha forma de alimentación. A su vez, no entienden como las personas de su alrededor, no siguen este modo de alimentación, si es "la forma correcta, y perfecta, de cuidarse" (según ellos). 
Esta mentalidad, puede, incluso, aislarlos socialmente, y pueden perder la relación con amistades y familiares. 

Y, todo esto, ¿a qué conduce?

Este tipo de trastorno alimentario conduce, en multitud de ocasiones, a enfermedades carenciales, como anemia (o pancitopenia, es decir, reducción del número total de células sanguíneas) e hiponatremia (baja concentración de sodio en sangre, por eliminación de la sal de la dieta), entre otras; y, en general, desnutrición y pérdida grave de peso. 

Cualquier persona, con una dieta restringida, desarrolla una alimentación muy selectiva, que con frecuencia conduce a una carencia de nutrientes, que con el tiempo, puede llegar a ser grave. 


Para el tratamiento de la ortorexia, se debe acudir a un psicólogo especialista en trastornos de la conducta alimentaria, pues aunque repercuta en la alimentación, es un problema psicológico. Tras comenzar el tratamiento con el psicólogo, deberá comenzar el tratamiento con el Dietista-Nutricionista, para establecer una pauta alimentaria saludable y equilibrada, además de corregir las deficiencias nutricionales que pueda presentar el paciente como consecuencia de la ortorexia. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Conocemos, realmente, qué es el Surimi?

La palabra surimi, significa "músculo de pescado picado", y se emplea en la producción de un alimento conocido, popularmente, como "palitos de cangrejo" o "tronquitos de mar", u otros alimentos como sucedáneos de angulas o de colas de langosta. 


Es un alimento de origen japonés, que se remonta a hace miles de años, producido de forma artesanal por los pescadores que pretendían dar salida al pescado que no era consumido, o aumentar su vida útil, para así, obtener un mayor provecho de la pesca y de la materia prima. Esta elaboración artesanal consistía en la producción de una masa compacta, de músculo de pescado desmenuzado, tratada con calor, a la que denominaron como kamaboko

Hoy en día, el proceso de elaboración del surimi es más complejo, y requiere de mayor número de ingredientes y aditivos. 

¿Cómo se elabora el surimi, en la actualidad?

Para la elaboración del surimi se emplean las especies de pescado más abundantes, con menor salida comercial, o bajo coste, como la merluza, el bacalao, la caballa, etc., más los restos de pescados, procedentes del proceso de fileteado. 

Una vez toda esta materia prima queda limpia y libre de impurezas (piel, escamas, vísceras, etc.), obteniéndose únicamente el músculo, éste pasa a deshidratación. 

De esta forma, se obtiene una pasta ("verdadero" surimi), a la que se le añadirá azúcar, sal y fosfatos para su conservación, más otros aditivos alimentarios para dar sabor y color. 

Toda esta mezcla de ingredientes se calienta hasta conseguir una consistencia de gel, que permita dar la forma deseada al producto, y posteriormente, se envasa y se refrigera, o congela, según proceda.

Y, ¿cuál es la composición nutricional del surimi?

Desde el punto de vista nutricional, el surimi inicial ("verdadero" surimi) contiene gran proporción de proteínas de alta calidad (hasta un 75%), proveniente del músculo del pescado; poca proporción de grasa y de hidratos de carbono; seguido de una baja concentración de vitaminas y minerales, por el proceso térmico al que se somete. 

Pero, el surimi final, del mercado actual, contiene gran proporción de sodio (sal), azúcar y almidones, más otros aditivos alimentarios poco saludables como glutamato monosódico, colorantes, como rojo de cochinilla, conservantes y saborizantes; que disminuyen, con grandeza, su valor nutricional. 
Aunque, éste es un alimento de bajo aporte calórico, contiene:
  • Entre un 6-9% de proteínas. 
  • Entre un 13-20% de hidratos de carbono. 
  • Entre un 4-6% de grasas. 
Una composición nutricional bastante alejada del valor nutritivo inicial, rico en proteínas. 

Todos los aditivos alimentarios e ingredientes de adición, son utilizados con el objetivo de alargar la vida útil del alimento, conservar su forma y aspecto físico, además de, garantizar un sabor agradable. 

Entonces, ¿podemos consumir surimi de forma habitual? ¿algunas personas deben evitar el consumo de surimi?

Se puede afirmar, con todo lo dicho anteriormente, que el surimi no puede ser sustituto del pescado fresco, pues se diferencian en cuanto a composición nutricional, de forma importante (proteínas, azúcar, vitaminas y minerales).

Debido a su contenido en sal, azúcar y aditivos, su consumo debe ser ocasional, como complemento de ensaladas, u otros platos fríos (ensaladas de pasta, ensaladas de arroz, e incluso, ensaladas de patata o ensaladillas). 



Más aún, deben evitar, su consumo, aquellas personas con patologías cardiovasculares como hipertensión arterial, patologías renales, problemas circulatorios, y personas con alergia al pescado, y a aditivos alimentarios. De ahí, la importancia de leer el etiquetado nutricional del alimento, para confirmar la presencia de algún ingrediente no deseado en la composición del alimento (aditivos, marisco, gluten, huevo, soja, etc.). 


lunes, 28 de noviembre de 2016

Mito o Verdad: Comer huevos, sube el colesterol.

Es frecuente escuchar que, cuando una persona padece hipercolesterolemia renuncia a los huevos, pues es popularmente conocida la frase de que "Comer huevos, sube el colesterol". 

Pero, ¿qué hay de cierto o falso en ello?

Primero, describiremos que es la hipercolesterolemia, a qué es debida y cuáles son sus consecuencias. 

La hipercolesterolemia, como su nombre indica, es una patología que se caracteriza por la presencia de niveles de colesterol altos en sangre, de forma permanente. Existen factores de riesgo que conducen a hipercolesterolemia, como son; 
  • Obesidad y/o sobrepeso. 
  • Inapropiados hábitos de vida, como; fumar, tomar bebidas alcohólicas, escaso ejercicio físico, e inadecuada alimentación y dieta. 
  • Presencia de otras enfermedades cardiovasculares, como; diabetes mellitus o hipertensión arterial. 
  • Antecedentes familiares, con hipercolesterolemia o enfermedades cardiovasculares. 
¿A qué es debida la hipercolesterolemia?

La hipercolesterolemia puede ser de herencia genética, o, como en la mayoría de los casos, puede ser debida a un inadecuado estilo de vida y alimentación. 

Y, ¿qué consecuencias produce?

La hipercolesterolemia, como tal, no presenta síntomas, más bien se dice que es una "enfermedad silenciosa", pero si conduce a accidentes o enfermedades cardiovasculares más importantes. 
Todo ello es debido a que, cuando una persona presenta niveles de colesterol elevados en sangre, éste puede quedar adherido a las paredes de los vasos sanguíneos, formando una placa de ateroma, provocado un estrechamiento de la arteria o vena. 
Esto, conlleva a una reducción del flujo sanguíneo a los órganos, lo que reduce la cantidad de nutrientes y oxígeno al órgano afectado, y puede producir un infarto o muerte de una parte del órgano. 

Entonces, ¿cómo puedo evitar, dentro de lo posible, la hipercolesterolemia?

Tanto la presencia de otras enfermedades cardiovasculares, como la herencia genética, son muy difíciles de modificar, así que la tarea de un paciente con hipercolesterolemia será cambiar sus hábitos de vida y adecuar su alimentación. 

En cuanto a hábitos de vida, será conveniente reducir o eliminar el alcohol y el tabaco, y aumentar o introducir el ejercicio físico moderado aeróbico, como caminar (que a su vez, también disminuirá el peso corporal). 

Por lo que respecta a la dieta, es ahí donde entra la cuestión de los huevos. 

Los huevos son un alimento rico en proteínas de alta calidad, grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas (con carácter saludable), y colesterol, además de vitaminas, minerales y agua. 

Es el alimento que contiene mayor proporción de colesterol (200 mg de colesterol en un huevo medio), pero diferentes estudios avalados científicamente afirman que el colesterol dietético, es decir, el colesterol que ingerimos, afecta en menor medida a la hipercolesterolemia, que las grasas saturadas (*Nota: siempre en personas sin patologías que alteren los niveles de colesterol)

Por lo que, si bien es cierto, no debemos abusar de más, de entre 3 y 4 huevos medios por semana (en los casos de colesterol sanguíneo alto), no se deben eliminar de la dieta, pues son un alimento muy nutritivo y saludable. 

Más bien, para reducir los niveles de colesterol sanguíneo, la dieta debe ser baja en grasas saturadas y grasas trans (parcialmente hidrogenadas). Por tanto, debemos reducir el consumo de alimentos ricos en este tipo de grasa; lácteos enteros, quesos semicurados y curados, mantequilla o margarina, nata, postres lácteos, pasteles y dulces, bollería, embutidos cárnicos (longanizas, chorizo, morcillas), carnes rojas (cordero, ternera, cerdo), y otros muchos alimentos grasos. Es importante leer bien la etiqueta en productos ya precocinados o preparados, con el fin de reducir la cantidad de grasa saturada o trans. 

Así que, finalmente, podemos afirmar que "Comer huevos, sube el colesterol" es, relativamente, FALSO

lunes, 21 de noviembre de 2016

¿Por qué no se debe comer rápido?

Aunque, en la actualidad, no existan razones científicas que corroboren que comer rápido puede empeorar nuestra salud, es bien sabido que la obesidad se presenta, en multitud de ocasiones, en personas que tienden a comer rápido. 

Pero, ¿comer deprisa conduce a obesidad? o, simplemente, ¿las personas con obesidad, tienden a comer deprisa?

Sea como sea, sí se ha observado que comer rápido, muchas veces, implica un desequilibrio en la dieta, que puede llevar a aumentar nuestro Índice de Masa Corporal (IMC), por aumento de nuestro peso.  Por ello, conviene reducir la velocidad al comer. 

¿Qué ocurre cuando comemos deprisa?
  • Comemos sin pensar. En general, cuando una persona come rápido, no piensa qué se está comiendo. Para ser más correcto, una persona no es consciente de su comida cuando se la toma deprisa. Tomar conciencia de nuestra alimentación, es importante para nuestra salud, ya que recordamos más fácilmente los alimentos ingeridos en comidas pasadas, y podemos organizar nuestra alimentación, hacia una dieta más saludable. Pero, además, es mucho más importante, para nuestra sociedad, pues nuestras decisiones alimentarias tienen efecto sobre nuestro entorno, medioambiental y social ("damos ejemplo, con lo que comemos, y cómo lo comemos"). 
  • Comemos mayor cantidad. Está comprobado que ingerir alimentos de forma rápida, influye de forma negativa sobre nuestra sensación de saciedad, pues cuando comemos deprisa, no proporcionamos el tiempo necesario a nuestro cuerpo para que envíe las señales oportunas que indiquen a nuestro organismo que ya hemos ingerido suficiente cantidad de alimentos, para cubrir nuestras necesidades nutricionales y fisiológicas. 
Por tanto, nuestro cerebro y sentidos deben ser conscientes de lo que se come, y en qué cantidades, para planificar nuestra dieta, hacia un modelo de alimentación más sano, y, además, poder enviar las señales específicas de saciedad a nuestro organismo, y de este modo, controlar la alimentación, en función de las necesidades corporales. 

Al final, en la mayoría de casos, esta forma de ingerir alimentos se traduce en una pérdida de salud, por el descontrol y desequilibrio en la dieta, que conduce directamente al desarrollo de enfermedades graves (hipercolesterolemia, diabetes, obesidad, déficits nutricionales, etc.), por malnutrición. 


¿Cómo podemos mejorar y adecuar la velocidad al comer?
  • Establecer un ambiente apropiado. Es importante evitar distracciones, como comer delante del televisor, utilizar el teléfono móvil, etc., pues, estas distracciones reducen la atención que prestamos a la comida. Además, es de casi carácter obligatorio, sentarse en la mesa para comer, con el tiempo necesario, siempre que se pueda, en el mismo sitio de la mesa, y en ambiente agradable y tranquilo. 
  • Comer en compañía. Se recomienda que, siempre dentro de lo posible, se coma junto con personas, pues al establecer una conversación, es probable que la velocidad al ingerir alimentos se reduzca. Además, las comidas con familia, amigos o pareja suelen ser más agradables y confortantes (menos ansiosas). 
  • Bebe durante la comida. Siempre que no esté contraindicado, es recomendable beber frecuentes sorbos mientras se come, pues reduce la velocidad de ingestión de alimentos. La bebida principal de las comidas debe ser agua, para evitar la adición de calorías en la comida. 
  • Masticar más. Al masticar más los alimentos, tendrás mayor grado de conciencia sobre estos, reducirás la velocidad de ingestión, e incluso, conseguirás mejorar la digestión de los alimentos.
  • Realiza pausas entre bocado y bocado. Parar unos 15 o 20 segundos entre bocado y bocado, reducirá la velocidad de las comidas. Conviene dejar sobre la mesa los cubiertos, o la propia comida (si se toma con las manos), para realizar la pausa.
Y, para finalizar, es muy importante que se establezca un horario de comidas regular, en el que no se sobrepase más de 3 ó 4 horas entre una comida y otra. 

lunes, 14 de noviembre de 2016

¿Qué es la Diabetes Gestacional?

La Diabetes Gestacional se define como un tipo concreto de diabetes, que aparece durante el embarazo. 

Podemos recordar que la diabetes es una enfermedad caracterizada por un nivel de glucemia (glucosa, o azúcar, en sangre) alto y permanente, provocada por una alteración en el transporte y absorción de la glucosa, a la célula, proceso en el que participa la insulina (hormona que regula la glucemia). 

¿Por qué aparece la Diabetes Gestacional? 

La diabetes gestacional aparece debido a una alteración hormonal, en la que las hormonas del embarazo dificultan la acción de la insulina, sobre la glucosa. Con ello, se produce un cambio en el metabolismo de los hidratos de carbono, que tiene como consecuencia un aumento, permanente, de los niveles de azúcar en sangre. 

Cabe destacar que, no aparece en todos los embarazos, pues existen factores de riesgo, que influyen en el desarrollo de esta enfermedad; 
  • Antecedentes familiares con diabetes. 
  • Sobrepeso u obesidad, anterior al embarazo. 
  • Edad (mayor de 30 años). 
  • Diabetes Gestacional en embarazos anteriores. 
  • Abortos de repetición. 
  • Factores que se asocian a una resistencia a la insulina, como la hipertensión, hiperlipemias (colesterol o triglicéridos altos en sangre), ovarios poliquísticos, etc. 
Entre otros. 

¿Cómo se diagnostica la Diabetes Gestacional?

En mujeres con riesgo de diabetes gestacional, es necesario descartar esta enfermedad en el primer trimestre de embarazo, para evitar complicaciones posteriores. Pero, en el caso de no presentar riesgo, la prueba para descartar la diabetes se realizará entre la semana 24 y 28 de embarazo. 

Para ello, se realiza, en primer lugar, el Test de O'Sullivan, una prueba primera en la que se dan 50 gramos de glucosa por vía oral a la paciente (en ayunas), y se mide el valor de la glucemia tras una hora, después de la ingesta. Si el valor de glucemia está por encima de 140 miligramos de azúcar por cada decilitro de sangre (140 mg/dl), se pasa a realizar la prueba de la curva de la glucosa (cuyo nombre real es Test de Tolerancia Oral a la Glucosa, o TTOG). 

El TTOG se realiza con la paciente en 10 o 12 horas de ayuno, y con dieta específica durante tres días previos a la prueba. Una vez la paciente está preparada, ésta ingiere 100g de glucosa y se le extraerá sangre en cuatro ocasiones; 
  • Al llegar, en ayunas. 
  • A los 60 minutos, tras haber ingerido los 100g de glucosa. 
  • A los 120 minutos, tras la ingestión de glucosa. 
  • A los 180 minutos, tras la ingestión de glucosa. 
Un total de tres horas de espera, sin realizar ningún tipo de actividad física (permanecer sentada). 

Tras conocer todos los resultados, se puede diagnosticar o descartar la diabetes gestacional. 
  • En ayunas, la paciente debe presentar un valor de glucemia menor a 105 mg/dl. 
  • A los 60 minutos, la paciente debe presentar un valor menor a 190 mg/dl. 
  • A los 120 minutos, la paciente debe presentar un valor menor a 165 mg/dl. 
  • A los 180 minutos, la paciente debe presentar un valor menor a 145 mg/dl. 
Si los valores de la prueba TTOG aparecen normales, se descarta la enfermedad, y sólo se realiza un nuevo Test de O'Sullivan al trimestre siguiente, para controlar de nuevo los valores. 
En cambio, si existe un valor alterado, se realiza de nuevo la prueba de la curva o TTOG, tras tres semanas después de la primera prueba, sin realizar antes un Test de O'Sullivan. 
Y, si por el contrario, aparecen dos o más valores alterados se diagnostica la diabetes gestacional en la paciente embarazada. 

¿Cuál es el tratamiento para la Diabetes Gestacional?

Existen tres opciones de tratamiento, en función de las características personales de cada paciente;
  • Tratamiento dietético. 
  • Tratamiento dietético, junto con medicación oral. 
  • Tratamiento dietético, junto con administración de insulina. 
Ello dependerá de lo que considere el profesional médico (endocrino). 

Y, en cuanto a la dieta, ¿cómo debe ser?

En general, la alimentación de una mujer embarazada con diabetes gestacional debe ser acorde a las calorías que precisa para el desarrollo del bebé, y suficiente en cuanto a cantidades y a presencia de todos los nutrientes (vitaminas, minerales, proteínas e hidratos de carbono), que deben estar en toda dieta. 

Un consejo para la dieta en la Diabetes Gestacional es; 
  • Controlar los hidratos de carbono de la dieta. Los hidratos de carbono deben estar presentes en toda dieta, pero, en este caso, deben ser controlados en cuanto a cantidad (determinada por el médico o nutricionista) y tipo. Los hidratos de carbono simples, que se encuentran en dulces, azúcar común, refrescos, pasteles, etc. deben ser reducidos o eliminados de la dieta diaria, pues pueden producir picos importantes de glucemia (subidas de azúcar exageradas), que pueden causar alteraciones graves en la glucemia de ese día. Alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (recomendados en la diabetes) son; pasta, arroz, legumbres, pan, cereales, patata, y, sobre todo, sus derivados integrales, pues a mayor contenido en fibra, menor es el pico de glucemia. 

IMPORTANTE: Siempre se deben seguir las pautas que nos ha prescrito el médico especialista, pues cada caso es particular. 

Si no se diagnostica precozmente, o no se toma en serio el tratamiento prescrito por el médico, se pueden dar terribles consecuencias, como; 
  • Complicaciones maternas: 
    • Mayor riesgo de cesárea. 
    • Desgarros del periné durante el parto, por el tamaño del bebé. 
    • Exceso de líquido amniótico, con riesgo de que se rompa la bolsa antes de tiempo.
    • Hipertensión y preclampsia. 
    • Parto prematuro. 
    • Diabetes gestacional en próximos embarazos, e incluso, diabetes mellitus tras el parto. 
  • Complicaciones del recién nacido:
    • Macrosomía, o gran tamaño del bebé; que puede conducir a asfixia perinatal, o traumatismos durante el parto (fractura de clavícula). 
    • Hipoglucemia (nivel de glucosa bajo) e hipocalcemia (nivel de calcio en sangre bajo). 
    • Poliglobulia y aumento de la viscosidad de la sangre. 
    • Inmadurez del organismo del recién nacido.
    • Mayor ictericia (alta concentración bilirrubina, más color amarillento de la piel). 

lunes, 7 de noviembre de 2016

Intolerancia a la fructosa, ¿qué es?

¿Qué es la Intolerancia a la Fructosa? 

Una intolerancia alimentaria es una reacción del cuerpo frente a un alimento o nutriente, cuando éste se ingiere, que, en general, conduce a un malestar abdominal, náuseas, vómitos, e incluso, diarrea, que se suele manifestar de forma lenta y discreta, y que conlleva a una desnutrición, y pérdida de apetito y peso. 

En este caso, la intolerancia corresponde a la fructosa. Pero, ¿qué es la fructosa?

La fructosa es un monosacárido que junto con la glucosa, forma la sacarosa o azúcar común, y que, además, se encuentra, de forma natural, en frutas, miel, verduras y algunas hortalizas. 
También, en la actualidad, podemos encontrar fructosa en productos alimentarios elaborados y preparados, como refrescos, fiambres, embutidos, caramelos, bollería, y alimentos con denominación de "sin azúcares añadidos", pues se ha visto aumentado su uso en la industria alimentaria como edulcorante artificial, por su sabor dulce, incluso mayor que el sabor del propio azúcar, y por su efecto conservante

¿A qué se debe esta intolerancia alimentaria?

En condiciones normales, la fructosa se absorbe en el intestino delgado, y tras esta absorción, pasa a la sangre junto con otros tipos de "azúcares". 

En el caso de padecer intolerancia a la fructosa, ésta no se absorbe en el intestino delgado, y pasa al colón donde las bacterias intestinales actúan fermentándola, provocando una liberación de gases, junto con un cuadro clínico de síntomas gastrointestinales (diarrea, dolor abdominal, náuseas). 

Estos síntomas gastrointestinales se pueden presentar en distintos grados, que dependen de cada individuo, y su imposibilidad de absorber la fructosa en el intestino delgado. 

Por tanto, la Intolerancia a la Fructosa, también podría denominarse mal-absorción de la fructosa, o bien, intolerancia intestinal de la fructosa, pues cuando se consume, la persona intolerante muestra un cuadro clínico de náuseas, vómitos, y diarrea, entre otros síntomas estomacales e intestinales. 

¿Cómo sé si padezco intolerancia a la fructosa?

Si frecuentemente presenta el cuadro clínico anteriormente descrito, normalmente, tras comer fruta, azúcar, u otros alimentos con fructosa, es recomendable acudir al médico de cabecera para comunicarlo y tratar de diagnosticarlo, con la mayor brevedad posible. 

Para el diagnostico de la intolerancia a la fructosa se realiza, generalmente, la prueba de hidrógeno del aire espirado; en la que el paciente, en ayunas, ingiere una cantidad de fructosa, y se recoge aire espirado de éste, trascurrido un tiempo. Si se detecta hidrógeno en el aliento, después de una hora tras la ingestión de fructosa, la persona puede considerarse intolerante a la fructosa (*siempre que se descarten otras enfermedades o patologías, con sintomatología y prueba diagnóstica similar).  

Y ahora, ¿qué puedo y qué no puedo comer?

En la intolerancia o malabsorción de la fructosa, la dieta debe ser restringida en fructosa. Es importante saber que, el grado de restricción dietética, variará en función del grado de intolerancia a la fructosa. 

Por ello, los alimentos pueden clasificarse en función del contenido de fructosa: 
  • Alimentos con muy bajo contenido en fructosa (menos o igual a 1 gramo fructosa, por 100 gramos de producto). 
  • Alimentos con bajo contenido en fructosa (entre 1 y 3 gramos fructosa, por 100 gramos de producto). 
  • Alimentos con contenido medio en fructosa (entre 3 y 5 gramos fructosa, por 100 gramos de producto). 
  • Alimentos con alto contenido en fructosa (más de 5 gramos de fructosa, por 100 gramos de producto). 

Si el contenido de fructosa en gramos, no se especifica en el etiquetado, es recomendable recurrir a tablas de gramos de fructosa por cada 100g de alimento, que se pueden obtener de libros, revistas o Internet (páginas de asociaciones de Intolerancia a la Fructosa). 

Siempre tener cuidado con el consumo de frutas, azúcar común, frutas desecadas o deshidratadas, miel, mermeladas, y bebidas y alimentos endulzados o azucarados. Pero, además, tener mucho cuidado con algunos edulcorantes artificiales y algunos medicamentos (fármacos), que pueden contener fructosa. 
  • Edulcorantes artificiales no permitidos: fructosa, sacarosa, sorbitol, y estevia, entre otros. 

Aquí os escribo el enlace de una página web, con un listado de alimentos y edulcorantes, permitidos y no permitidos, en la intolerancia a la fructosa. 
http://www.intoleranciafructosa.com/listado-alimentos-permitidos-no-permitidos-intolerantes-la-fructosa/ 

lunes, 31 de octubre de 2016

Prevención de Enfermedades Cardiovasculares.

El término de enfermedad cardiovascular se utiliza para englobar las distintas enfermedades que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos. Este tipo de enfermedades son la primera causa de muerte en el mundo occidental, y, además, poco a poco, aumenta su incidencia en nuestra sociedad.

La principal causa de las enfermedades cardiovasculares es la aterosclerosis; síndrome caracterizado por una acumulación de grasa y colesterol en el interior de los vasos sanguíneos, normalmente en arterias de medio y grueso calibre. Este depósito graso (placa de ateroma) produce un engrosamiento en la pared arterial, que conduce a un estrechamiento de la propia arteria, el cual provoca la enfermedad o accidente cardiovascular. Aún así, existen otros factores de riesgo, distintos de la aterosclerosis, que desencadenan en enfermedades cardiovasculares, como; edad avanzada, antecedentes familiares, alteraciones genéticas, presencia de hormonas (niveles bajos de estrógenos, o niveles altos de hormonas aterogénicas), mala alimentación y estilo de vida, etc. 

¿Cuáles son los tipos de enfermedad o accidente cardiovascular más comunes?

Las enfermedades o accidentes cardiovasculares más comunes son; 
  • Hipertensión arterial. Presión arterial alta, que presenta diversos factores desencadenantes (fumar, exceso de sal en la alimentación, sedentarismo, edad avanzada, etc) y que favorece la aparición de un accidente cardiovascular mayor. 
  • Cardiopatía coronaria. Es el tipo más común de enfermedad cardíaca, y se produce cuando se forman placas de ateroma en las arterias que conducen sangre al corazón. Cuando estas arterias quedan bloqueadas, el corazón no recibe oxígeno y nutrientes, con lo que se produce un infarto de miocardio o ataque al corazón. En un infarto de miocardio mueren parte de las células de este órgano por falta de riego sanguíneo. 
  • Cardiopatía congénita. Malformación en la estructura y funcionamiento del corazón, que se presenta al nacer. 
  • Insuficiencia cardíaca. Se produce cuando el miocardio, o músculo del corazón, se vuele rígido o débil, con lo que no se bombea sangre al cuerpo con la suficiente intensidad, y los demás órganos corporales quedan exentos de sangre oxigenada.  
  • Arritmias. Se trata de trastornos en el ritmo cardíaco o frecuencia cardíaca, debido a que el sistema eléctrico del corazón no funciona correctamente. 
  • Enfermedades en las válvulas cardíacas
  • Accidente cerebrovascular. Producido por falta de riego sanguíneo en el cerebro, llamado también, infarto cerebral, normalmente producido por un coagulo en vasos sanguíneos del cerebro. 
La consecuencia, en muchos casos, de enfermedad o accidente cardiovascular es la muerte o discapacidad importante de la persona. 

¿Cuáles son los principales factores de riesgo cardiovascular?

Existen factores de riesgo cardiovascular "modificables" y "no modificables"; 
  • Factores de riesgo "no modificables"; son la edad, el sexo, la herencia genética y alteraciones genéticas, y la raza. Sobretodo, personas con antecedentes familiares de alguna enfermedad cardiovascular o enfermedades causantes de éstas, en edad avanzada, y de género masculino, tendrán mayor probabilidad de padecer enfermedades o accidentes cardiovasculares. 
  • Factores de riesgo "modificables"; se atribuyen al estilo de vida y a la alimentación. El sedentarismo, fumar, consumir bebidas alcohólicas en exceso, un exceso de grasas, sal y azúcares en la dieta, estados de sobrepeso u obesidad, etc. son los factores principales a desencadenar una enfermedad cardiovascular. 
¿Qué medidas preventivas, y de tratamiento, podrían mejorar la salud cardiovascular?

Para la prevención y el tratamiento de este tipo de enfermedades, se debe conseguir una modificación completa en el estilo de vida, y reducir, de este modo, al máximo, el riesgo de padecerlas o agravarlas. 
  1. Alimentación saludable, baja en grasas, sal y azúcares; que contribuya a mantener o alcanzar un peso adecuado a las características físicas de cada individuo. 
  2. Realizar ejercicio físico aeróbico, regular (diario) y de intensidad moderada; como caminar a buen ritmo 30 minutos al día, natación ligera, o montar en bici. 
  3. Evitar fumar y consumir alcohol. *Nota; el tabaco reduce la cantidad de oxígeno circulante en la sangre y facilita el depósito de grasa en las arterias. 
  4. Evitar situaciones de estrés. Mantener, dentro de lo posible, una vida relajada, ayuda al sistema cardiovascular. 

lunes, 24 de octubre de 2016

¡Al rico salmón!

El salmón es un pescado azul, que pertenece a la familia de los Salmónidos. Se caracteriza por tener forma alargada, con una talla mínima de 50 cm, aproximadamente, de piel color azul grisáceo, con escamas pequeñas y redondas; que cubre una carne (músculo) de color rosa anaranjado, más intenso cuando se alimenta de crustáceos en estado natural, y también de peces más pequeños y insectos (*Nota: Cuando se cría en piscifactorías, se alimenta de conglomerado de harina de pescado, con colorantes naturales, como betacarotenos, para dar ese color anaranjado intenso). 

Aunque la mayor parte del salmón que consumimos, en nuestro país, procede de la acuicultura, en estado salvaje o natural, se suele pescar en los mares del Hemisferio Norte, y se reproduce en sus ríos o lagos (*Curiosidad: Los salmones viven en aguas saladas, y se reproducen y crían en aguas dulces). Así, podemos diferenciar dos grandes familias de salmones: 
  • El Salmón del Atlántico o europeo (Salmo salar), que se encuentra en las aguas del Atlántico y mar Báltico, y en los ríos de Francia, Escocia, Noruega y norte de España. 
  • El Salmón del Pacífico (género Oncorhynchus), de carne más seca y rosada. 
La cría en piscifactorías se lleva a cabo en todo el mundo, pues es la forma que permite una mayor comercialización y un menor coste. Entre el salmón "salvaje" y el salmón de piscifactorías, se distingue, en este último, una carne menos fina y más grasa; pero todo ello depende de la alimentación y del volumen del recinto donde se crían. De todos modos, ambos tipos de salmón, "salvaje" y de piscifactoría, se comercializan tanto frescos como ahumados. 

Concretamente, en España, por lo general, el salmón que compramos fresco corresponde al salmón atlántico, mientras el que salmón que se comercializa congelado, así como sus derivados, excepto el salmón ahumado, corresponde al salmón del Pacífico. El salmón ahumado, si está procesado en España, corresponde al salmón atlántico o europeo. 



¿Qué propiedades y características nutricionales presenta el salmón fresco?

Dado que se caracteriza por ser un pescado azul, el contenido de grasa, en éste, es alto; alrededor, de unos 11 gramos por cada 100g de pescado fresco, pero esta grasa en su mayoría es grasa poliinsaturada. 
Concretamente, concentra gran proporción de ácidos grasos omega-3, beneficiosos para nuestro sistema cardiovascular, ya que disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos (grasas) sanguíneos, y aumentan la fluidez de la sangre, disminuyendo el riesgo de formación de coágulos y trombos. 

Así, el salmón como fuente importante de grasas saludables, también contiene una alta proporción de vitaminas liposolubles (solubles en grasas), como son la vitamina A y vitamina D. Por una parte, la vitamina A es necesaria para el mantenimiento, crecimiento y reparación de mucosas, piel y otros tejidos corporales; además, favorece la resistencia frente a infecciones, y se precisa para el desarrollo del sistema nervioso y la visión nocturna;y, también, interviene en el desarrollo óseo, y en la producción de enzimas hepáticos y, hormonas sexuales y suprarrenales. Por otra parte, la vitamina D mantiene en equilibrio los niveles de calcio en sangre, y favorece la absorción y fijación de este mineral en los huesos. 

Además, contiene gran proporción de proteínas, de alto valor biológico, es decir, de buena calidad. El porcentaje aproximado de proteínas en 100 gramos de salmón fresco, ronda el 20%. Por lo que, podemos afirmar que es un alimento ideal para deportistas, personas con desnutrición proteica y niños, en edad de crecimiento. 

En cuanto a minerales, se puede afirmar que es una fuente ideal de magnesio y yodo. Por su parte, el magnesio participa en el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un efecto laxante, suave. En cambio, el yodo es indispensable para el correcto funcionamiento del tiroides, y para el crecimiento del feto y desarrollo de su cerebro. 
Sin embargo, contiene, de media, un valor inferior de hierro, respecto a otros pescados. 

Aunque, a pesar de todas las características nutricionales tan beneficiosas que presenta el salmón, cabe destacar que es un alimento desaconsejado para personas con gota o hiperuricemia. El salmón, al igual que todos los pescados azules, contiene purinas, en elevada proporción, las cuales son transformadas, en el organismo, a ácido úrico, que puede agravar la hiperuricemia, o los síntomas de la gota. 

También, decir que, en concreto, el salmón ahumado y las huevas, por su proceso y conservación, contienen un alto valor en sodio, que está contraindicado para personas con hipertensión arterial u otros trastornos relacionados con la retención de líquidos corporales y mala circulación sanguínea. Por ello, el consumo de estos derivados del salmón deben ser evitados por las personas con las enfermedades anteriormente descritas. 

Consejos para preparar y consumir el salmón. 

Para comer salmón de una forma sana, se recomienda asarlo, a la plancha o al horno, para evitar sumar grasas al plato final. Aunque admite múltiples preparaciones culinarias, ya que su carne es firme y sabrosa. 

Además, normalmente, tras la cocción, el color del salmón se potencia, quedando un alimento muy atractivo a la vista; y muy jugoso y sabroso, gracias a las grasas que contiene. 

También, puede consumirse, de forma sana, hervido en caldos, cocinado al vapor o en papillote, como ingrediente de tortillas y revueltos, en forma de pastel; y junto a gran variedad de alimentos, como arroz integral, pasta, en pizza, etc. 

Si se desea, puede cocinarse con especias y hierbas aromáticas, e incluso, con limón, para dar sabores distintos, y evitar la monotonía en las recetas de salmón. 


lunes, 17 de octubre de 2016

¿Cómo sé si le falta magnesio a mi cuerpo?

El magnesio es uno de los minerales más abundante en el cuerpo humano, y se encuentra en su mayoría en los huesos, como material de sostén de éstos, junto con el calcio y el fósforo. 

Pero, a su vez, presenta otras muchas funciones en el organismo; 
  • Ayuda a mantener el correcto funcionamiento del sistema nervioso, y de los músculos. 
  • Garantiza una adecuada acción del sistema inmune. 
  • Mantiene constantes los latidos del corazón. 
  • Regula los niveles de glucemia (azúcar en sangre). 
  • Participa en el metabolismo de nutrientes, mediante el cual se obtiene energía, junto con reservas corporales de grasa y proteínas.
  • Asegura una correcta regeneración y formación de ADN celular.  

Y, además, ha sido comprobado en distintos estudios científicos, que es beneficioso en la prevención de diabetes, hipertensión arterial y distintas cardiopatías. 

Pero, ¿cómo puedo saber si consumo magnesio en cantidades suficientes? 

Las fuentes dietéticas de magnesio son, en su mayoría, alimentos con alta concentración en clorofila, pigmento de color verde, de vegetales. Por tanto, verduras y frutas de color verde oscuro, o fuerte, contienen gran proporción de magnesio. Estas son; espinacas, acelgas, aguacate, perejil, etc. 
Aunque, existen otras fuentes alimentarias de magnesio como son las nueces y otros frutos secos (almendras), guisantes, algún tipo de legumbre (judías secas, cacahuetes), soja, granos enteros (germen de trigo, arroz integral, levadura de cerveza), semillas (pipas de girasol), etc. 

En el caso de no consumir este tipo de alimentos con regularidad, sumado a la presencia de algunos de los siguientes síntomas;
  • Irritabilidad, tensión nerviosa, y estrés. 
  • Temblores y calambres musculares. 
  • Arritmias o ritmo cardíaco anormal.
  • Pérdida de apetito. 
  • Dolor de cabeza, fatiga y cansancio. 
  • Náuseas y vómitos. 

puede indicar que sí se padezca una deficiencia de magnesio en el organismo. Aunque, se deberá acudir al médico de cabecera antes de tomar cualquier suplemento de magnesio, que pueda interaccionar con algun fármaco que se tome diariamente u ocasionar algún mal peor, antes de hacer diagnósticos por nuestra cuenta. 

También, es importante tener en cuenta que dietas con exceso de proteínas, calcio o vitamina D, pueden aumentar los requerimientos básicos de magnesio, con lo que el cuerpo podría experimentar un déficit de este mineral, por este motivo. 

En el caso de déficit severo, siempre bajo suscripción médica, se podrá solventar esta deficiencia mediante suplementos de magnesio, según considere su médico. Pero, en casos más leves, se recomienda aumentar el consumo de estos alimentos fuente de magnesio. 


lunes, 10 de octubre de 2016

¿Conoces todos los consejos y recomendaciones acerca de comprar, conservar y consumir frutas?

Las frutas son un grupo de alimento compuesto, básicamente, por agua, que equivale a más del 80% del peso por porción, azúcares simples (especialmente, fructosa) que suponen entre el 5-18% del total de porción, vitaminas, minerales y fibra, lo que las vuelve indispensables para nuestra salud y bienestar corporal. 

Existen gran variedad de especies de fruta, con distintas peculiaridades organolépticas (sabor, textura, color, y olor) y nutritivas, que las hacen únicas, e ideales para evitar la monotonía en nuestra alimentación. Una forma fácil de clasificar las frutas puede ser la siguiente; 
  • Frutas frescas; Son aquellas que se consumen, tal cual se recogen del campo, es decir, no se someten a ningún proceso de cocción, secado, etc. Ejemplos de este tipo de fruta son la manzana, pera, sandía, uva, melocotón, cereza, fresa, granada, albaricoque, naranja, mandarina, etc.  Dentro de las frutas frescas, encontramos;
    • Frutas tropicales (de origen tropical), como son el kiwi, aguacate, guayaba, caqui, chirimoya, coco, kumquat, litchi, mango, maracuyá, papaya, etc. 
  • Frutas secas; son sometidas a procesos de secado, en los que se reduce el contenido de agua total, quedando deshidratadas. Ejemplos de este tipo de frutas secas son las uvas pasas, higos secos, orejones de albaricoque, orejones de melocotón, dátiles, etc. 
La cantidad recomendada de fruta diaria debe ser igual o superior a 3 raciones, considerando que una ración de fruta oscila entre 120 - 200 gramos. 

Una vez dicho esto, pasamos a conocer distintas recomendaciones y consejos que nos ayudarán en la compra, conservación y consumo de las frutas. 
  • A la hora de comprar
    • En los supermercados podemos encontrar todo tipo de fruta, pero en general, la recomendación es que compréis frutas de temporada, puesto que la fruta estará mucho más sabrosa, más natural y ecológica, ya que puede cultivarse en nuestra zona geográfica sin necesidad de "ayudas" térmicas o químicas, y, además, mucho más económica, pues se reducen los costes de producción y transporte. 
    • Elegir frutas con buen color, sin magulladuras o golpes, manchas o partes blandas. Por ello, para mejor comprobación, es preferible adquirir aquellas frutas que se venden por ejemplares y no por paquetes. 
    • Si la fruta que vamos a comprar será inmediatamente consumida, es preferible elegir aquellas que se encuentren maduras o ligeramente inmaduras, para que terminen la maduración en casa, a temperatura ambiente. 
  • Para conservar y almacenar
    • En general, las frutas frescas se conservan bien en lugares secos, frescos y protegidos de la luz solar, evitando utilizar envoltorios de cualquier tipo, dejándolas al aire. Aunque pueden ser guardadas en la parte menos fría de la nevera, siempre de forma aislada. 
      • Frutas muy delicadas, como moras y fresas, aguantan 2 días en nevera. 
      • Frutas con hueso, como aguacate y albaricoque, aguantan 7 días en nevera. 
      • Frutas cítricas, como naranja y limón, aguantan 10 o más días en nevera. 
      • En el caso del plátano, es conveniente envolverlo con papel de período antes de introducirlo en la nevera, puesto que si no se realiza así, puede tornarse negro. 
    • Nunca debemos almacenar frutas de maduración corta, como pera, plátano y melocotón, con frutas de maduración larga, como cítricos y manzanas, pues pueden producirse sabores extraños y deteriorarse más rápidamente. 
    • Si alguna pieza de fruta está deteriorada y se encuentra en contacto con otras frutas, debe retirarse inmediatamente, puesto que puede "contagiar" el deterioro a las frutas vecinas. 
    • En el caso de tener demasiada fruta en casa o querer guardar parte de la fruta de temporada para disfrutarla en otra época del año, podemos recurrir a la congelación. Las frutas que resisten adecuadamente las temperaturas de congelación son piña, manzana, albaricoque, pomelo, fresa y cerezas oscuras; nunca por tiempo superior a 6 meses. Mientras que frutas como las uvas, cerezas de color claro, y casi todas las frutas tropicales, no soportan bien estas temperaturas y suelen deteriorarse o perder calidad nutritiva. 
    • Respecto al grado de maduración ideal para la congelación de la fruta, consideramos que una porción está apta para ser congelada cuando esté apta para consumo humano, ni muy madura, ni muy verde. 
    • En el caso de frutas envasadas, leer y seguir cuidadosamente las indicaciones que establece el etiquetado de su envase. 
  • Cómo manipularlas
    • Es necesario lavarlas antes de su consumo, bajo un chorro de agua abundante, sobretodo si se van a comer crudas y con piel. Cabe destacar que, las frutas de menor tamaño y más delicadas, como fresas, moras, frambuesas, etc., deben enjuagarse en un colador. Otras, como piezas grandes de corteza dura, como el melón y la sandía, deben lavarse bajo el chorro de agua limpia, junto con la acción de un cepillo especializado para este fin. 
    • Importante: evitar la contaminación cruzada, es decir, evitar poner en contacto frutas con otros alimentos crudos, y superficies, manos y utensilios que hayan tocado dichos alimentos.
    • Cubrir cuidadosamente los recipientes que contengan fruta ya manipulada (pelada, cortada, etc.) y conservar en el frigorífico, hasta unos minutos antes de su consumo. 
    • Es conveniente no realizar cortes muy profundos a la hora de pelar las frutas, puesto que en la capa fina de debajo de la piel de fruta se concentran la mayor parte de sus vitaminas, y por ello, con cortes profundos reduciríamos la calidad nutritiva de la fruta. 
    • Para preparar macedonias, batidos, zumos, o purés de frutas, es conveniente añadir unas gotas de limón a la preparación y, si es posible, utilizar utensilios de acero inoxidable en la preparación del producto final. De este modo, se evita la oxidación de la fruta, que produce un cambio en el sabor, olor y color del preparado final. 

lunes, 3 de octubre de 2016

Infusiones y sus propiedades, ¿en qué nos pueden ayudar?

Una infusión se define como una bebida obtenida a partir de la mezcla de agua caliente, sin hervir, con hojas, flores, frutos o semillas de diversas hierbas o plantas, que pueden ser aromáticas, y que calman algunos síntomas de enfermedades comunes, como la tos, o algunas dolencias propias de situaciones fisiológicas puntuales, como períodos menstruales dolorosos. 

Es de destacar, que su efecto es bastante moderado, y posiblemente, si la afección o dolencia es grave, no encontremos un gran alivio tomando infusiones. Pero, para dolencias y síntomas leves, pueden ser de ayuda, junto con la administración de fármacos, indicados por el facultativo, para aliviar inflamaciones, dolores, etc. 

En resumen, las infusiones son una forma de fitoterapia; estudio del tratamiento de algunas patologías concretas o síntomas de éstas, por medio de plantas y elementos vegetales. Las hierbas y plantas que se utilizan para la elaboración de las infusiones están repletas de principios terapéuticos; vitaminas, minerales, aceites esenciales, antioxidantes, etc. 

Propiedades de algunas infusiones;
  • Manzanilla. Las infusiones de manzanilla nos pueden ayudar en problemas digestivos, producidos tras comer; como casos de indigestión o molestias estomacales, pues poseen propiedades calmantes del sistema digestivo. Además de, acción sedante y relajante del sistema nervioso, beneficiosa contra situaciones de ansiedad y estrés. 
  • Menta poleo. Se recomienda en el tratamiento de resfriados, para aliviar de forma leve los síntomas; y en casos de, "mala digestión" y flatulencias. 
  • Tomillo. Presenta propiedades beneficiosas para combatir las flatulencias y las molestias estomacales, junto con propiedades beneficiosas contra las infecciones pulmonares, pues es un antiséptico y antitusivo (calma la tos) natural. 
  • Melisa. Tanto las infusiones de melisa, como de pasiflora, tila o valeriana, ayudan a combatir el estrés, la ansiedad y el nerviosismo, propio de situaciones tensas, agobiantes y estresantes. En resumen, permiten relajar el cuerpo y la mente. Se recomienda tomar estas infusiones antes de dormir, pues, además, pueden ayudar a reducir el insomnio. 
  • Cardo mariano. Son recomendadas en personas con hígado graso, muy común en personas con sobrepeso u obesidad, diabetes mellitus no controlada y alcoholismo. Los síntomas propios del hígado graso, se caracterizan por un dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general y sensación de pesadez, tras las comidas. Por lo que, estas infusiones deben tomarse, al menos, 30 minutos antes de comer. 
  • Diente de león. Las infusiones de diente de león están especialmente indicadas para personas con hipoacidez gástrica (contenido de jugos gástricos reducido), hígado "perezoso" o estreñimiento, pues posee propiedades que estimulan la secreción de jugos gástricos, y por tanto, estimula la digestión. Además, es beneficiosa para "depurar" el organismo; por lo que, en resumen, podemos considerar que es una infusión diurética y digestiva. 
  • Anís. El anís, en infusión, ayuda a aliviar molestias estomacales producidas por un exceso de gases o por digestiones pesadas. Por ello, es frecuente la utilización de infusiones que mezclan la manzanilla con el anís.
  • Cola de caballo. La infusión de cola de caballo es una infusión diurética y depurativa del organismo, pues ayuda a la función depurativa de los riñones. 

Aún así, y esto es muy importante, en algunas ocasiones, algunas infusiones pueden estar contraindicadas para determinadas personas; por ejemplo, niños, lactantes, embarazadas, personas con tratamiento farmacológico, personas mayores, personas con enfermedades diversas, etc. Por lo que, siempre será de vital importancia consultar con su médico si se puede tomar, o no, algún tipo de infusión.

Además, un exceso en el consumo de alguna infusión concreta, puede resultar perjudicial para el organismo. Se debe tener en cuenta que, no se debe sobrepasar el límite de infusiones recomendado por día (leer atentamente el etiquetado).