lunes, 4 de julio de 2016

Tipos de Diabetes más comunes

La Diabetes Mellitus, como se explicó en un post anterior, se define como un grupo de enfermedades metabólicas, que se caracterizan por presentar niveles altos de azúcar en sangre (glucemia), por problemas en la secreción o funcionalidad de la insulina (hormona reguladora del azúcar en sangre). 

Unos niveles de glucemia altos (hiperglucemia), durante un largo período de tiempo, implica la aparición de enfermedades por insuficiencia o disfunción de ciertos órganos como los ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos. 

¿Qué enfermedades engloba la palabra Diabetes Mellitus?

Todas aquellas que se caractericen por presentar niveles altos de azúcar en sangre, producidos por un defecto en la secreción o acción de la hormona insulina. Dentro de estas patologías, encontramos tres tipos, como las formas de Diabetes Mellitus más comunes, en nuestra sociedad;
  • Diabetes Mellitus tipo I. 
  • Diabetes Mellitus tipo II. 
  • Diabetes Gestacional. 
Aunque, existen otros tipos de diabetes; como por ejemplo, algunas formas de diabetes provocadas por la extirpación del páncreas (órgano productor y secretor de insulina), o diabetes provocadas por la administración de fármacos, u otras, producidas por enfermedades propias del paciente o por alteraciones genéticas. 

*Recordatorio: Cabe destacar que, todas las siguientes formas de diabetes, presentan como síntomas característicos y, en parte, diagnósticos, lo que se denomina como las tres P; polidipsia (aumento de la sensación de sed), poliuria (aumento de las ganas de orinar y en la cantidad de orina), y polifagia (aumento de la sensación de hambre). 

Por un lado, la Diabetes Mellitus tipo I es una enfermedad de tipo autoinmune, es decir, las propias células del organismo atacan y destruyen las células productoras y secretoras de insulina, del páncreas. Por lo que, este tipo de diabetes se caracteriza por la ausencia de insulina en sangre, que pueda regular los niveles de azúcar. 
Se dice, que los pacientes de Diabetes Mellitus tipo I, son personas insulino-dependientes, ya que precisan de la administración regular, o contínua, de dosis de insulina, externa a su organismo, que les permita regular la glucemia. Las dosis de insulina son pautadas por el médico o endocrino propio de cada paciente, en función de la dieta y estilo de vida propio del paciente (alimentación, deporte, trabajo, horas de sueño, etc.). 
Normalmente, este tipo de diabetes, suele aparecer en edades tempranas, entre la infancia y principios de la adolescencia, y, en general, en niños y niñas con bajo peso, cambios de humor bruscos, visión borrosa, principios de insomnio, etc. 

Por otro lado, la Diabetes Mellitus tipo II es una enfermedad no insulino-dependiente, ya que el paciente si posee la capacidad de producir y secretar insulina, pero lo hace de forma "insuficiente", es decir, el paciente presenta una resistencia a la acción de la insulina. Si bien es cierto que, en ocasiones, una persona con Diabetes Mellitus tipo II, puede presentar un tratamiento con insulina exógena (externa), pues la resistencia es tan grande, que es necesaria la administración de más cantidad de insulina para que se pueda regular la glucemia. 
Es una enfermedad característica de personas adultas, con sobrepeso grave u obesidad, que suele aparecer junto con otras enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, hipercolesterolemia, etc. 
Las causas de esta enfermedad son muy diversas, pero es cierto que las personas con antecedentes de diabetes tipo II, en familiares directos, presentan mayor probabilidad de padecer esta patología; más aún, si se suman factores como, una mala alimentación (rica en azúcares, grasas no-saludables, con horario irregular, etc.), e inadecuado estilo de vida (sedentarismo, tabaquismo, etc.). 
Es posible que, con un cambio de estilo de vida y alimentación más saludable (práctica de ejercicio físico regular y moderado, reducir o mantener el peso corporal en valores establecidos como normales según la altura del paciente, aumentar el consumo de verduras y frutas, agua como bebida principal, reducir o eliminar de la dieta los productos de bollería, azúcares simples, etc.), los niveles de glucemia disminuyan hasta valores normales. Con lo que, el médico responsable podría detener o moderar la administración de fármacos reguladores de la glucemia, propios de esta patología. 

Y, por último, la Diabetes Gestacional es un tipo de diabetes inducida por el propio período del embarazo. Aunque su causa no es bien conocida, se cree que, durante el embarazo, por el propio cambio hormonal, nuestro cuerpo presenta cierta resistencia a la insulina. 
Este tipo de diabetes, si no es bien controlada puede causar, tanto problemas en el bebé, como en la madre, como por ejemplo; peso y tamaño desproporcionado del bebé al nacer, mayor probabilidad de desarrollo de obesidad y diabetes tipo II en edad adulta por parte del bebé, mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo II en edades más avanzadas por parte de la madre, entre otras muchas afecciones. 
Este tipo de diabetes suele producirse en embarazadas con sobrepeso u obesidad, embarazos tras los 30 años de edad, tabaquismo, etc. Y, generalmente, concluye a los pocos días tras el parto.
Para su tratamiento, las mujeres embarazadas deben controlar su alimentación (aumentar el consumo de verduras y frutas, controlar los azúcares y las grasas, asegurar de dos a cuatro raciones de lácteos al día), el horario de comidas, mantenerse activas (caminar mínimo media hora diaria), entre otras recomendaciones. En resumen, mantener una alimentación y estilo de vida saludable. 

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