¿Sabías que el zumo de naranja suele ser el primer sabor de fruta que prueban los bebes? Y, ¿qué es el primer aporte de vitamina C complementario a la lactancia de éstos?
Es importante tomar zumo de naranja natural, o consumirla de forma fresca, habitualmente, pues presenta muchos beneficios para nuestro organismo.
¿Cuáles son las características nutricionales de la naranja?
La naranja es el fruto del naranjo dulce, árbol que pertenece al género Citrus, y de ella destaca su reducido aporte calórico, y su riqueza en vitamina C, entre otros micronutrientes.
Esta fruta es rica en agua, de ahí que sea un alimento de escaso valor energético. Pero, además, contiene azúcares simples, que se concentran en su jugo, y fibra que se sitúa en la pulpa y corteza, es decir, en la parte más blanquecina, de la naranja.
Por otra parte, el micronutriente principal de ésta es la vitamina C o ácido ascórbico, que participa en la formación de huesos, dientes y colágeno, fortalece el sistema inmunitario, y mejora la capacidad de absorción del organismo del hierro dietético.
Además, contiene cierta concentración de betacaroteno, de ahí su color anaranjado. Este micronutriente es esencial para la producción de vitamina A en el organismo, la cual tiene un papel fundamental en la visión, el estado de la piel, mucosas y estado inmunológico.
Y, por último, como vitamina a reseñar, contiene ácido fólico necesario para la formación de glóbulos rojos (elemento forme de la sangre que se encarga del transporte de oxígeno a los tejidos) y glóbulos blancos (defensa del organismo), síntesis de material genético y formación de anticuerpos.
Por lo que respecta al contenido de minerales, destaca el potasio, en altas concentraciones, que ayuda a la transmisión y formación del impulso nervioso y a la actividad muscular normal, así como a mantener el equilibrio hídrico corporal.
Con todas estas características nutricionales, es el alimento idóneo para:
- Personas que sufren enfermedades cardiovasculares.
- Personas con sistema inmunitario debilitado (niños, ancianos, enfermos, etc.).
- Personas en situaciones fisiológicas especiales; tabaquismo, alcoholismo, embarazo y lactancia, deportistas, elevado grado de estrés, etc.
- Personas con anemia ferropénica (por déficit de hierro).
- Personas que sufren de estreñimiento.
- Personas con hipertensión arterial, afecciones renales, hiperuricemia o algún trastorno de retención de líquidos.
- Durante el invierno o cambios de estación.
Teniendo en cuenta, que no se recomienda su consumo en ayunas, pues por su carácter ácido, puede irritar y causar molestias estomacales; más aún si se trata de personas con afecciones estomacales como, hernia de hiato, gastritis, y úlceras estomacales, entre otras.
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