lunes, 23 de mayo de 2016

¿Qué es la Diabetes Mellitus?

El concepto de Diabetes Mellitus engloba una serie de enfermedades metabólicas, que se caracterizan por presentar un estado de hiperglucemia, es decir, niveles altos de "azúcar" en sangre, de una forma permanente, y debido, generalmente, a una incorrecta secreción y/o acción de la insulina. 

Y, ¿qué es la insulina?

Es una hormona producida y secretada por el páncreas. Concretamente por un tipo de células del páncreas, denominadas células beta propias de los Islotes de Langerhans (acúmulos de células con función endocrina del páncreas).  

Esta hormona se encarga de regular los niveles de "azúcar" en sangre, o lo que es lo mismo, la glucemia, manteniendola constante y dentro de unos valores establecidos como "normales".  Además, estimula a los tejidos corporales para que absorban la glucosa o "azúcar" del torrente sanguíneo, para realizar sus funciones y actividades básicas, o bien, ser almacenada en forma de glucógeno (reservas de azúcar en el cuerpo) o grasa, para su posterior utilización como energía corporal. 

Cuando existe algún error en la secreción de insulina o en la función de la misma, el azúcar no será utilizado o almacenado en el cuerpo, y permanecerá en sangre, acumulándose y llegando a valores desorbitados que producirán un colapso en el organismo. Si los valores de glucemia permanecen altos de forma permanente, y se atribuyen a un error en la síntesis o función de la propia insulina, se diagnostica Diabetes Mellitus. 

¿Qué valores de glucemia se considerarán altos, como para diagnosticar Diabetes Mellitus?

El nivel de azúcar en sangre se mide en miligramos de glucosa por cada decilitro de sangre (mg/dl), y se establece que;
  • En ayunas, los niveles de glucemia normales oscilan entre 70 y 100 mg/dl.
  • Dos horas después de ingerir algún alimento, los niveles de glucemia deben ser menores a 140 mg/dl. 
Cuando los niveles de glucemia en ayunas se encuentran entre 100 y 125 mg/dl, y la glucemia tras dos horas después de la comida se encuentra entre 140 y 199 mg/dl, hablamos de Pre-Diabetes; un concepto que se utiliza para designar aquellas personas que tienen valores altos de glucemia, pero no tan altos como para considerar que padece Diabetes Mellitus. 

Sin embargo, si los valores de glucemia en ayunas son mayores a 126 mg/dl, y tras dos horas después de comer son mayores a 200 mg/dl, se considera que el paciente presenta valores de glucemia propios de un diabético. 

Pero, ¿con tan sólo estos valores de glucemia, consideramos que una persona es diabética?

No, ya que la glucemia puede verse alterada por muchos factores, como la alimentación de ese día, cambio de horario de comidas, el estado de ánimo, estrés, padecer alguna enfermedad o infección, la actividad física, etc. 

Por ello, como primer paso, se recomienda que tome los valores de glucemia en sangre antes y después de las comidas durante varios días. Si presenta niveles de "azúcar" elevados, junto con síntomas propios de la diabetes, se recomienda que acuda a su médico de cabecera para que pida un estudio específico de Hemoglobina Glicosilada, mediante un análisis de sangre. 

¿Cuáles son los síntomas típicos de la Diabetes?

Las personas que padecen Diabetes Mellitus, y todavía no están diagnosticadas y tratadas, normalmente tienen mucha sed, muchas ganas de orinar, sensación constante de sueño, boca pastosa, etc. 

Y, ¿qué es la Hemoglobina Glicosilada?

La Hemoglobina Glicosilada es un parámetro que se mide mediante un análisis de sangre, y que determina el nivel promedio de glucemia de entre 2 y 3 meses. De este modo, se determina de una forma sencilla la media de la glucemia en un largo período, sin que tengan gran relevancia los factores que pueden alterar la glucemia de forma directa y puntual, como son la alimentación, un resfriado o un período de exámenes, con mucho estrés.

Si los valores de este parámetro son superiores o iguales a 6,5%, se diagnosticará al paciente como diabético. 

Pero, si la Diabetes no se diagnostica y se mantiene descontrolada durante un largo periodo, ¿qué consecuencias puede tener?

Las consecuencias más graves en una diabetes descontrolada, sin tratamiento alguno, pueden variar en función del tipo de diabetes que presente la persona y el tiempo de la enfermedad, entre otros factores. 

Como consecuencias principales podemos encontrar; la mala cicatrización de heridas, sobre todo en los pies, problemas de visión (retinopatía diabética), problemas renales (nefropatía diabética), y problemas cardiovasculares, por mala circulación y mayor riesgo de padecer infartos de miocardio. 



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