Una infusión se define como una bebida obtenida a partir de la mezcla de agua caliente, sin hervir, con hojas, flores, frutos o semillas de diversas hierbas o plantas, que pueden ser aromáticas, y que calman algunos síntomas de enfermedades comunes, como la tos, o algunas dolencias propias de situaciones fisiológicas puntuales, como períodos menstruales dolorosos.
Es de destacar, que su efecto es bastante moderado, y posiblemente, si la afección o dolencia es grave, no encontremos un gran alivio tomando infusiones. Pero, para dolencias y síntomas leves, pueden ser de ayuda, junto con la administración de fármacos, indicados por el facultativo, para aliviar inflamaciones, dolores, etc.
En resumen, las infusiones son una forma de fitoterapia; estudio del tratamiento de algunas patologías concretas o síntomas de éstas, por medio de plantas y elementos vegetales. Las hierbas y plantas que se utilizan para la elaboración de las infusiones están repletas de principios terapéuticos; vitaminas, minerales, aceites esenciales, antioxidantes, etc.
Propiedades de algunas infusiones;
- Manzanilla. Las infusiones de manzanilla nos pueden ayudar en problemas digestivos, producidos tras comer; como casos de indigestión o molestias estomacales, pues poseen propiedades calmantes del sistema digestivo. Además de, acción sedante y relajante del sistema nervioso, beneficiosa contra situaciones de ansiedad y estrés.
- Menta poleo. Se recomienda en el tratamiento de resfriados, para aliviar de forma leve los síntomas; y en casos de, "mala digestión" y flatulencias.
- Tomillo. Presenta propiedades beneficiosas para combatir las flatulencias y las molestias estomacales, junto con propiedades beneficiosas contra las infecciones pulmonares, pues es un antiséptico y antitusivo (calma la tos) natural.
- Melisa. Tanto las infusiones de melisa, como de pasiflora, tila o valeriana, ayudan a combatir el estrés, la ansiedad y el nerviosismo, propio de situaciones tensas, agobiantes y estresantes. En resumen, permiten relajar el cuerpo y la mente. Se recomienda tomar estas infusiones antes de dormir, pues, además, pueden ayudar a reducir el insomnio.
- Cardo mariano. Son recomendadas en personas con hígado graso, muy común en personas con sobrepeso u obesidad, diabetes mellitus no controlada y alcoholismo. Los síntomas propios del hígado graso, se caracterizan por un dolor en la parte superior derecha del abdomen, malestar general y sensación de pesadez, tras las comidas. Por lo que, estas infusiones deben tomarse, al menos, 30 minutos antes de comer.
- Diente de león. Las infusiones de diente de león están especialmente indicadas para personas con hipoacidez gástrica (contenido de jugos gástricos reducido), hígado "perezoso" o estreñimiento, pues posee propiedades que estimulan la secreción de jugos gástricos, y por tanto, estimula la digestión. Además, es beneficiosa para "depurar" el organismo; por lo que, en resumen, podemos considerar que es una infusión diurética y digestiva.
- Anís. El anís, en infusión, ayuda a aliviar molestias estomacales producidas por un exceso de gases o por digestiones pesadas. Por ello, es frecuente la utilización de infusiones que mezclan la manzanilla con el anís.
- Cola de caballo. La infusión de cola de caballo es una infusión diurética y depurativa del organismo, pues ayuda a la función depurativa de los riñones.
Aún así, y esto es muy importante, en algunas ocasiones, algunas infusiones pueden estar contraindicadas para determinadas personas; por ejemplo, niños, lactantes, embarazadas, personas con tratamiento farmacológico, personas mayores, personas con enfermedades diversas, etc. Por lo que, siempre será de vital importancia consultar con su médico si se puede tomar, o no, algún tipo de infusión.
Además, un exceso en el consumo de alguna infusión concreta, puede resultar perjudicial para el organismo. Se debe tener en cuenta que, no se debe sobrepasar el límite de infusiones recomendado por día (leer atentamente el etiquetado).
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